viernes, 8 de octubre de 2010

FOUCAULT : NIETZSCHE

"Nietzsche fue una revelación para mí. Sentí que había alguien muy distinto de lo que me habían enseñado. Lo leí con gran pasión y rompí con mi vida: dejé mi trabajo en el asilo y abandoné Francia; tenía la sensación de haber sido atrapado. A través de Nietzsche me había vuelto extraño a todo eso. Todavía no estoy muy integrado en la vida social e intelectual francesa. En cuanto puedo dejo Francia."

De esta manera Michel Foucault reconoce, en una entrevista realizada dos años antes de su muerte, la influencia importantísima que ha tenido la filosofía de Friedrich Nietzsche sobre su vida y su trabajo. Esta relación supera ampliamente la cuestión de la vida intelectual y académica. De hecho Foucault, con algunos contratiempos y resistencias se termina integrando a ella, mientras que Nietzsche rompe de forma definitiva a los 35 años su vida universitaria.

La filosofía de Foucault puede entenderse como una de las respuestas posibles a la pregunta ¿Cómo hacer filosofía a partir de ahora? que queda planteada, luego de la obra nietzscheana, en el seno del pensamiento occidental. Si el descubrimiento o la intelección de ciertas esencias eternas e inmutables ya no es la misión de toda filosofía. Si 'Dios ha muerto' y entonces no hay un fundamento último que nos preceda, ni una relación unívoca y transparente entre la palabra y la verdad. En fin, si detrás de los ideales de conocimiento se esconden nuestros instintos y nuestra voluntad de poder. ¿Cómo seguir haciendo filosofía si no de una manera radicalmente distinta?



Los temas y los modos de análisis de Foucault a lo largo de toda su obra, no se comprenden cabalmente si no se parte desde este punto. La filosofía debe ocuparse de la historia del hombre, porque el hombre no es sino en una historia. La filosofía debe ocuparse del cuerpo del hombre, porque el hombre no es sino en un cuerpo atravesado por una multiplicidad de prácticas y discursos. La filosofía debe olvidar al hombre como universal antropológico, para atender a la conformación de sujetos producidos por y en relaciones de poder. La arqueología y la genealogía foucaultianas son algunos de los modos en que se evidencia esta práctica filosófica. Como afirma el mismo Foucault en "Dichos y escritos":

"Que lo que yo hago tenga algo que ver con la filosofía es muy posible, sobre todo en la medida en que, al menos después de Nietzsche, la filosofía tiene como tarea diagnosticar y ya no tratar de decir una verdad que pueda valer para todos y para todos los tiempos. Yo trato de diagnosticar, de realizar un diagnóstico del presente: decir lo que nosotros somos hoy y lo que significa hoy decir lo que somos. Este trabajo de excavación bajo nuestros pies caracteriza desde Nietzsche al pensamiento contemporáneo. En este sentido, me puedo declarar filósofo.”

El problema central entonces ya no es ¿Cuál es la verdad? sino más bien ¿Cómo la verdad es construida históricamente? y de qué manera esa verdad construida se relaciona con el poder y con el individuo.

1 comentario:

Carla dijo...

¿No queda así la filosofía subsumida o confundida con la historia? ¿Cuál sería la diferencia entre historia y filosofía?