domingo, 4 de diciembre de 2011

UNA REPÚBLICA UNIVERSAL

Terminando el milenio pasado, John Rawls escribe The Law of Peoples, obra en la que desarrolla su perspectiva sobre el derecho de gentes y propone en la línea kantiana, una sociedad de pueblos. Pero tres años antes, en 1996, Jürgen Habermas había retomado las ideas kantianas para proponer en lugar de una sociedad de pueblos, una república universal. Aquí, algunas críticas que Habermas podría plantear a la idea de la "sociedad de los pueblos" rawlsiana.

No son escasas las críticas que Jürgen Habermas le haría a Rawls en el marco de la discusión entre una “República universal” y una “Sociedad de los pueblos”. Quizás la más importante de ellas se refiera directamente a la intención de John Rawls de preservar en gran medida la autonomía de cada pueblo. “Con el derecho de gentes, sin embargo las personas no están bajo uno, sino bajo varios gobiernos, y los representantes de los pueblos querrán preservar la igualdad y la independencia de su propia sociedad.” Aunque Rawls contemple la posibilidad de intervención –inclusive manu militari- externa sobre algunos pueblos, se trataría de casos excepcionales, sobre todo ligados a violaciones graves de los derechos humanos. Habermas afirma que “la comunidad internacional tiene que poder obligar a sus miembros, bajo amenaza de sanciones, al menos a un comportamiento acorde con el derecho.” En este sentido las autonomías nacionales pierden su razón de ser, porque la única manera de asegurarse el cumplimiento efectivo del derecho cosmopolita es mediante una autoridad con poder coercitivo efectivo sobre sus miembros. La crítica se extiende a esta doble ciudadanía a la que suscribirían todos los habitantes, la estatal y la cosmopolita. Por eso es que Habermas se lamenta del estado actual en el que la ONU o el Tribunal Internacional de La Haya, no cuentan con el monopolio de la fuerza, como debería ser el caso en una “República mundial”.

Jürgen Habermas

“Dado que los derechos humanos deben ser aplicados en muchos casos contra los gobiernos nacionales, debe ser revisada la prohibición de intervenir estipulada por el derecho internacional.” Afirmamos que Rawls contempla la posibilidad de intervención para salvaguardar el cumplimiento de los derechos humanos. Pero ¿quién es justamente el juez que decidirá cuándo y cómo intervenir? ¿No sucede de hecho que los países más poderosos terminan erigiéndose en jueces de los demás? ¿No podría la postura de Habermas que exige un monopolio de la fuerza terminar con estos problemas? Habermas entiende que nos encontramos en un estado transitorio y que deberíamos tender hacia ese Estado cosmopolita. Resumamos estas primeras críticas: por un lado ineficiencia de la “Sociedad de los pueblos” para que se respeten los derechos humanos y se pueda mantener la paz mundial, por otro lado redundancia de las instituciones, mediación innecesaria y perjudicial. Además, abuso de los Estados más poderosos con el mantenimiento de sus ejércitos soberanos.

Otra crítica adicional parte de la afirmación de John Rawls, quien entiende que los pueblos liberales y los pueblos jerárquicos decentes (ambos modos de ordenamiento político con algún tipo de participación democrática), son no solamente tolerantes frente a la pluralidad de sus habitantes, sino también pacíficos con sus vecinos. La guerra, como afirmamos, sólo sería practicable como autodefensa o para intervenir en una crisis humanitaria. Pero Habermas entiende que conservar las fronteras es –a la luz de los nacionalismos-, conservar el ánimo belicista de los Estados. Para ser justos con Rawls, él también entiende que la soberanía estatal tiende a ser agresiva para con los Estados vecinos, por este motivo intenta realizar una distinción entre pueblos y Estados. Pero esta diferenciación no puede dejarnos conformes desde dos posturas. La primera, puramente conceptual, en tanto Rawls define a los pueblos con un armazón institucional, que va más allá de las cualidades morales que le asigna. En este sentido, se desdibuja la diferencia con los Estados tradicionales. La segunda postura para negar esta distinción es fáctica: aún si entendiéramos que puede separarse conceptualmente un pueblo de un Estado, no entendemos quiénes serían esos pueblos, cuáles sus representantes en la sociedad de los pueblos, cómo los elegirían y qué pasaría con los Estados realmente existentes. Si afirmamos entonces que Rawls no pudo solucionar este problema, la crítica de Habermas sigue siendo válida.

John Rawls

También podemos criticar desde la postura de Habermas, la intención que tiene Rawls de incluir en la “Sociedad de los pueblos” cierto tipo de pueblos y no otros. Habermas afirma explícitamente que “hoy en día la organización mundial reúne de hecho a casi todos los Estados bajo su techo, independientemente de que estén ya constituidos de manera republicana y de que respeten o no los derechos humanos” y afirma que se trata de una etapa de transición hacia la República mundial. En este sentido, dejar afuera a los pueblos no liberales y no decentes -como pretende Rawls- sería un inconveniente. No porque Habermas piense que todos deberían formar parte de la asociación de las Naciones Unidas, ya que él reconoce que sólo los países del “Primer Mundo” podrían participar legítimamente del ordenamiento jurídico mundial. Pero como entiende que estamos en un período transicional, no permitir la participación de los países menos desarrollados, equivale a retroceder en las condiciones que permitan en un futuro integrar a sus habitantes a la “República mundial”. Esto es así porque los que tienen que ingresar son los ciudadanos cosmopolitas, no los pueblos –sean o no decentes-, eso es lo que pretende Habermas en última instancia. Podemos expresar esta diferencia en otros términos. Mientras que Rawls pretende convertir a todos los pueblos en liberales o decentes, Habermas pretende convertir a todos los ciudadanos en genuinos cosmopolitas (cuyas características incluirán una ética liberal).

Por último, es muy importante la crítica que podría realizar Habermas al sistema de intervención pensado por Rawls, para los casos en que haya pueblos –se supone que no serán liberales ni decentes- que violen los derechos humanos. Se puede entender que esta postura permite una moralización de las guerras, en la que en nombre de los derechos humanos, los Estados continúen con sus tradicionales prácticas expansivas, esta vez legitimadas. Habermas afirma que para evitar esta posibilidad, no queda más que realizar una conversión efectiva y profunda del orden jurídico internacional, que deje en claro que los derechos humanos tienen un basamento efectivamente jurídico y no moral. “El fundamentalismo de los derechos humanos no se evita mediante la renuncia a la política de los derechos humanos, sino sólo mediante la transformación –en términos de derecho cosmopolita- del estado de naturaleza entre los Estados en un orden jurídico.” Para esta perspectiva, mientras no haya monopolio legítimo de la fuerza comandado por una “República mundial” los Estados siguen en última instancia en estado de naturaleza, o en el mejor de los casos en un estado intermedio de transición que puede asemejarse a un puro estado de naturaleza en sentido hobbesiano no bien las circunstancias lleven hacia allí.


2 comentarios:

magu dijo...

DIEGO
Para mi, los estados y o pueblos (a veces coinciden y muchas veces son invenciones políticas, los primeros que dividen a un pueblo o aunan a varios forzadamente) deben tener autonomía total pero si, debe haber un supra estado o estado mundial para intervenir no solo en guerras sino en una misma y sola nación cuando ésta sobrepasa todo límite y viola todos los derechos humanos (y animales también) de manera genocida, el tema es ¿cómo interviene, de que modo frena más matanzas y torturas o desapariciones?
cuando era chica un cuento de ratones decía ¿qui
én le pone el cascabel al gato?, si no pudieron o no quisieron poner freno a un idiota malsano como bush junior (de tal palo), ¿cómo iban a dialogar con bin laden?, por eso insisto en técnicas de negociación o acuerdo para casos cono estos tiranos del pleistoceno, malvados. Entrenamientos diplomáticos al igual que los negociadores policiales ante tomas de rehenes
uf, ¡qué se yo¡,
y las redes internancionales de esclavitud y matanza de gente ?, ante eso si debe actuar une stado mundial, con cárceles mundiales (no nacionales), y comandos de búsquedas también internacionales

magu dijo...

DIEGO
Sobre la REPÚBLICA UNIVERSAL (que solo rija para suerte de masacres civiles o internacionales y como ente pacificador) mi propuesta es: que todos los miembros actuales del tribunal de LA HAYA y todos los demás organismos internacionales llamese MERCOSUR, UNIÓN EUROPEA, etc, etc...es decir, los entes internacionales económicos y de intercambios como los entes internacionales para acciones de paz y de regulación o supervisión de Derechos Humanos, obligue a todos sus miembros (cabezas y empleados) a meditar diariamente y a tener una rutina supervisada de técnicas mentales de relajación, psiconeurolinguistica, yoga, etc.
No es lo mismo un abogado rígido corporal y mentalmente a otro que puede tener una armónica empatía con la gente que sufre, podrán decidir mejor las cosas.
En otro orden, te cuento que a pesar de haber mandado una carta documento al Presidente de la Cámara de Apelaciones, al Defensor (declarándolo un burócrata inútil, desalmado y autómata) y a la Jueza y al Secretario, finalmente el Juzgado de mi hermana se declaró a si mismo "Incompetente", luego de haberlo sido por 24 años, luego de haberme pedido que le abriera cuentas a su nombre (del mismo juzgado), son razones incomprensibles, contradictorias ¿vale la pena apelar para que estos inútiles sigan haciéndose cargo de una persona a la cual ya no les interesa -según la tonta cédula- defender ?. Asi es como a veces, es un alivio creer en DIOS, en un destino benevolente, y en los buenos pensamientos, aunque seamos leones agresivos (encadenados). Al menos para quienes tenemos el yugo de tener que depender de la justicia durante toda nuestra vida (o la de nuestros seres queridos, ej: fliares de presos, o de incapaces).
bue, saludos y lee de hanglin el artículo sobre las cárceles (para cuidar, no para degradar), coincido

POR LA PAZ EN EL MUNDO Y LA JUSTICIA FAVORABLE PARA TODOS, con o sin república universal mediante (se creará? como supervisora de las naciones ?, jjaa, la hubo, la urss)