lunes, 13 de septiembre de 2010

APOLO REVISITED

Poniendo en entredicho la interpretación nietzscheana sobre Apolo y Dionisos, Giorgio Colli explora los mitos de la Grecia arcaica y su relación con El nacimiento de la filosofía (así se titula su obra) en torno a la distinción entre filósofos y sabios. Son particularmente interesantes los aportes respecto a algunas figuras que Colli relaciona con este nacimiento que surge gracias a "la intervención de una nueva forma literaria." El libro de Giorgio Colli tiene la particularidad de ser más interesante en los temas en los que peor fundadas están sus afirmaciones.

El logos filosófico es maníaco, apolíneo, enigmático, dialéctico, violento, laberíntico y deviene con la obra platónica, literatura. Copio algunos pasajes que invitan a seguir pensando. El recorte, absolutamente arbitrario y la forma de entrada con estilo de diccionario corren por mi cuenta.



APOLO
Al trazar el concepto de Apolíneo, Nietzsche tuvo presente al señor de las artes, al dios luminoso, del esplendor solar, aspectos auténticos de Apolo, pero parciales, unilaterales. Otros aspectos del dios amplían su significación y la ponen en conexión con la esfera de la sabiduría. Ante todo, un ingrediente de terribilidad, de ferocidad. La propia etimología de Apolo, según los griegos, sugiere el significado de "aquel que destruye totalmente".


LABERINTO
La forma geométrica del Laberinto, con su insondable complejidad, inventada por un juego extraño y perverso del intelecto, alude a una perdición, a un peligro mortal que acecha al hombre, cuando se arriesga a enfrentarse al dios-animal. Dionisos hace construir al hombre una trampa en la que éste perecerá, precisamente cuando cree ilusoriamente que está atacando al dios.


ORÁCULO
Mediante el oráculo, Apolo impone al hombre moderación, mientras que él, por su parte, es inmoderado; lo exorta a controlarse, mientras que él se manifiesta mediante un "pathos" incontrolado: con eso el dios desafía al hombre, le provoca, lo instiga a desobedecerle.

LOCURA

El origen de la sabiduría griega está en la "manía", en la exaltación pítica, en una experiencia mística y mistérica.


PLATÓN

Por su parte, Platón está dominado por el demonio literario, vinculado a la tradición retórica, y por una disposición artística que se superpone al ideal del sabio. Critica la escritura, critica el arte, pero su instinto más fuerte fue el de literato, el de dramaturgo. La tradición dialéctica le ofrece simplemente el material que plasmar. Y tampoco hay que olvidar sus ambiciones políticas, algo que los sabios no habían conocido. De la mezcla de esos dones y de esos instintos surge la criatura nueva, la filosofía.



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