domingo, 15 de junio de 2008

HUMANO DEMASIADO HUMANO


152 El arte de las almas feas.- Se le trazan al arte límites demasiado estrechos al exigirle que sólo las almas bien ordenadas, moralmente equilibradas, puedan tener en él expresión. Así como en las artes plásticas, del mismo modo hay en la música y en poesía un arte de las almas feas, al lado del arte de las almas bellas; y los efectos más poderosos del arte, conmover las almas, mover las piedras, cambiar las bestias en hombres, es tal vez aquel arte el que mejor los ha logrado.


155. Creencia en la inspiración.– Los artistas tienen interés en que se crea en las instituciones repentinas, en las llamadas inspiraciones: como si la idea de la obra de arte, del poema, el pensamiento fundamental de una filosofía, cayese del cielo como un rayo de la gracia. En realidad, la imaginación del buen artista o pensador produce constantemente lo bueno, lo mediocre y lo malo; pero su juicio extremadamente aguzado, ejercitado, rechaza, elige, combina, así es como nos damos cuenta hoy, viendo los apuntes de Beethoven, de que ha compuesto poco a poco sus más magníficas melodías y las ha entresacado de múltiples bosquejos. El que discierne menos severamente y se abandona de buen grado a la memoria reproductora podrá, en ciertas condiciones, hacerse un gran improvisador; pero la improvisación artística está en un nivel muy bajo en comparación de las ideas de arte elegidas seriamente. Todos los grandes hombres son grandes trabajadores, infatigables, no solamente para inventar, sino todavía para rechazar, modificar, compulsar, arreglar.

Friedrich Nietzsche

1 comentario:

Anónimo dijo...

Curioso Nietzsche, ese perfeccionismo o rasgo apolineo ,como define al artista dejando de lado al arte dionisiaco mas instintivo.