lunes, 18 de octubre de 2010

DIARIO DE UN LOCO


Aproximadamente en el año 1840 Nikolái Gógol escribe un pequeño relato titulado Diario de un loco, que comienza así:

"3 de octubre. Hoy ha tenido lugar un acontecimiento extraordinario."

Me interesa ver cómo se construye, cuáles son las características de este personaje que está -que se va volviendo cada vez más- loco. El primer rasgo que salta a la vista, es la pérdida del registro temporal. A medida que avanza el diario, el protagonista va siendo cada vez más errático con las fechas, hasta que llegamos a leer entradas encabezadas así:

"86 de marzo." , "Cierta fecha." , "Día 1" , "Enero del mismo año, que tuvo lugar después de febrero." , "Día 34 de febrero de 343"

El segundo rasgo es quizás más habitual, pero no por eso menos importante. El protagonista se enamora. Se enamora -no podría ser de otra manera- de una joven que jamás podrá corresponderlo, más bien se burla de él. La confirmación de esta distancia no puede hacer más que exacerbar la locura de Ivanovich. La lógica de la locura encontrará su punto de no retorno en el momento en que, convencido de que ella ama a un hombre con mayor estatus social, Ivanovich se presente intempestivamente en el cuarto de Sofía afirmando que es el Rey de España.

"Año 2000. 3 de abril. ¡Hoy es un gran día! ¡En España hay un rey! ¡Por fin se ha encontrado! Y este rey soy yo. Reconozco: parece ser que me ha iluminado un rayo."

Pero el 'acontecimiento extaordinario' con el que comienza el diario, aquello que de alguna manera pone sobre seguro el desfasaje de Ivanovich respecto de su lugar de Consejero Titular en la estructura burocrática rusa, es el nuevo lenguaje que adquiere. Puede escuchar cómo los perros hablan. Inclusive llega a secuestrar las cartas que se escriben entre ellos.

"Al tocar la campanilla, vino a abrirme una joven bastante bonita, con la cara salpicada de pecas; era la misma que acompañaba a la anciana. Se ruborizó un poco al verme, y yo comprendí en seguida que ansiaba tener novio.
-¿Qué desea?- me preguntó.

-Necesito hablar con su perrita -le respondí.
La joven era tonta y yo lo noté en seguida."


En 1918 Lu Shin (o Lu Xun), que tradujo parte de la obra de Gógol al chino, también escribió un relato corto titulado Diario de un loco. En este caso, luego de una breve introducción del personaje a cuyas manos llega el diario en cuestión, la primera línea comienza:

"Hoy la luna brilla esplendorosamente."

Esta vez el primer indicio de desequilibrio en el protagonista viene de la mano de una paranoia que no puede ocultarse:

"Esta mañana, cuando salí cautelosamente de mi casa, el señor Chao tenía un extraño brillo en sus ojos, como si me tuviera miedo, o como si quisiera matarme. También había otras siete u ocho personas que se pusieron a hablar de mí."

Aquí nuevamente la señal inequívoca de la locura viene de la mano de la animalidad, de la pérdida de lo humano
que, venciendo el tabú de la antropofagia, pronto se transforma en posibilidad bestial:

"Lo que quieren es comerle la carne a uno. Y quieren comerla muerta. Recuerdo haber leído en alguna parte que hay una bestia espantosa llamada 'hiena' que sólo come carne carroña. Hasta los huesos más grandes los deshace en pedacitos y los come: sólo el pensar en eso me aterra. Las hienas tienen algo que ver con los lobos, y los lobos pertenecen a las especies caninas. El otro día el perro de la familia Chao me miró varias veces; es evidente que también él entró en la conjura y se ha vuelto cómplice de ellos."

Un hombre loco es un hombre que ha devenido otro de sí y de sus semejantes. Ha traspasado los límites hasta llegar a lo inhumano. Y allí se encuentra con la animalidad y con una verdad distinta a la que podía acceder como hombre, esta verdad es la de la amenaza velada que está a la base de la sociedad en la que el hombre se mueve. Michel Foucault afirma que la relación entre locura y verdad -esta otra verdad- que portaría la voz del loco, es una característica que ha sido silenciada por las prácticas y los discursos de la psiquiatria positivista del siglo XIX. En Historia de la locura en la época clásica podemos leer: "va a ser ahora el animal, el que acechará al hombre, se apoderará de él, y le revelará su propia verdad."

¿Y cuál es esta verdad que el loco instala? Volvamos al texto de Lu Xun.

"Acabo de comprender que he estado viviendo todos estos años en un lugar donde durante cutro mil años han devorado carne humana. [...] ¿Cómo puede un hombre como yo, después de cuatro mil años de historia en que los hombres se devoraron unos a otros -aunque no haya sabido nada hasta ahora- mirar alguna vez cara a cara a hombres verdaderos?"


Quiero terminar con una observación sobre el doble camino que, a mi juicio, recorre el tránsito hacia lo inhumano. Un camino que podríamos denominar interior, que despierta la animalidad salvaje que estaba ya en algún lugar recóndito del hombre. Otro camino que podemos llamar celeste, que recibe un influjo de la divinidad o de los astros y que conecta -como poniendo en suspensión lo humano que habita entre el animal interior y el cuerpo celeste- con la bestia.

La figura celeste por excelencia es la luna y el animal es -como lo dice el texto de Lu Xun, el lobo. El hombre-lobo se alimenta de carne humana, como todos los que el loco ve a su alrededor, como toda la civilización china. El lunático es aquel influenciado por los poderes del astro que revela el animal oculto en las entrañas de lo humano. No en vano el diario comienza diciendo
"Hoy la luna brilla esplendorosamente."

También Ivanovich, el personaje del relato de Gógol, siente como si un rayo lo hubiera iluminado. Y una vez recluido en un hospital psiquiátrico exhorta de esta manera a los hombres que imagina bajo su mando.


"Caballeros, salvemos a la Luna, porque la Tierra quiere sentarse encima de ella."

1 comentario:

Anónimo dijo...

"el loco es el amigo de las semejanzas salvajes" (de "Las Palabras y las cosas")Aquì Focault le da a la locura un enfoque menos poètico-antropològico (la luna, el lobizòn, la carne muerta, antropofagia durante 4000 años. Es fuerte esto de la verdad del loco o el encuentro entre verdad y locura en un pasado ancestral. Pero en algùn punto se toca con lo de Foucault en la evoluciòn del pensamiento como modo de avance en la evoluciòn de las marcas de lo natural, a las de lo simbòlico.gimpo