miércoles, 25 de abril de 2012

Y TU PERRA TAMBIÉN

Hoy el diario La Nación publicó en su edición online una nota sobre la condena a once meses de prisión a un hombre acusado de haber violado a una perra. Pueden ver la nota en este enlace.

http://www.lanacion.com.ar/1468052-la-pampa-condenan-a-un-hombre-a-once-meses-de-prision-por-violar-a-una-perra


Más allá de las cuestiones legales y jurídicas de este fallo (¿Cómo se atestigua el consentimiento en la relación sexual con un animal? ¿Deben ir a la Justicia este tipo de casos? ¿La condena habrá sido por "maltratar" un animal ajeno, es decir por meterse con la propiedad privada de un tercero?), me interesa  utilizar este caso como disparador para presentar algunas afirmaciones que el filósofo utilitarista Peter Singer  ha realizado sobre la tópica zoofílica.


Son famosos sus trabajos sobre los derechos de los animales y sus alegatos contra el especismo, pero nos interesa particularmente un artículo del año 2001 titulado "Heavy Petting", en el que Singer intenta comprender los motivos por los cuales el tabú sobre las prácticas sexuales con animales, sigue siendo muy fuerte, mientras otros tabúes asociados a prácticas sexuales no reproductivas (sodomía, masturbación, homosexualidad) han caído o se han debilitado fuertemente. Para Peter Singer, esto se debe sobre todo a que se pondría en crisis la preeminencia de la especia humana por sobre los demás animales. No solamente el especismo es un tipo de discriminación hacia otras especies por considerarlas inferiores (lectura que podría basarse en el evolucionismo darwinista). Están aquellos que afirman (como el judeo-cristianismo) que el hombre no es uno más de los animales, sino una categoría completamente distinta, un ser eminentemente espiritual, un intermedio entre dioses y bestias.

The vehemence with which this prohibition continues to be held, its persistence while other non-reproductive sexual acts have become acceptable, suggests that there is another powerful force at work: our desire to differentiate ourselves, erotically and in every other way, from animals.


Singer encuentra un problema ético en las relaciones sexuales con animales, solamente en el caso en que estén involucrados la crueldad, el sufrimiento o el maltrato (este parece haber sido el caso del hombre enjuiciado). Pero si ocasionalmente se pueden llevar adelante actividades sexuales mutuamente satisfactorias, entonces no habría ningún problema desde este punto de vista. En tanto esta postura utilitarista, defiende los derechos animales desde el sufrimiento del que son o pueden ser víctimas, también se protege su derecho a la sexualidad con humanos desde el placer del que participan.


But sex with animals does not always involve cruelty. Who has not been at a social occasion disrupted by the household dog gripping the legs of a visitor and vigorously rubbing its penis against them? The host usually discourages such activities, but in private not everyone objects to being used by her or his dog in this way, and occasionally mutually satisfying activities may develop. 

jueves, 19 de abril de 2012

ARQUEOLOGÍA Y GENEALOGÍA

Generalmente la obra de Michel Foucault se clasifica en tres grandes períodos. El primero alrededor del concepto de arqueología. Sus obras más importantes son Arqueología del saber y Las palabras y las cosas. El segundo alrededor del concepto de genealogía, encontramos aquí la obra más famosa de Foucault: Vigilar y Castigar. Por último está la etapa que se conoce como "el último Foucault", donde trabaja sobre las técnicas de subjetivación y las técnicas de sí. Las obras publicadas en este caso son los dos últimos tomos de Historia de la sexualidad.

Intentaremos exponer brevemente algunas de las características de la arqueología y de la genealogía foucaultianas. 




Arqueología.

Como indica el título de esta obra de Foucault, la arqueología es una indigación histórica en el campo del saber. Lo que se intenta hacer no es un recorrido histórico lineal y progresivo sobres los "avances" del conocimiento, sino un análisis documentado de las condiciones de posibilidad de aparición de diversos saberes y de los quiebres y los puntos de ruptura. Para esto, Foucault tiene que cambiar el modo canónico de hacer historia y trabajar con sus documentos.

"La historia, en su forma tradicional, se dedicaba a 'memorizar' los monumentos del pasado, a transformarlos en documentos y a hacer hablar esos rastros que, por sí mismos, no son verbales a menudo, o bien dicen en silencio algo distinto de lo que en realidad dicen. En nuestros días, la historia es lo que transforma los documentos en monumentos, y que, allí donde se trataba de reconocer por su vaciado lo que había sido, despliega una masa de elementos que hay que aislar, agrupar, hacer pertinentes, disponer en relaciones, constituir en conjuntos."

De esta manera, se forman, aparecen, se arman diversos modos de comprender la historia y afloran las rupturas allí donde veíamos unidad. Se multiplican los descentramientos, allí donde esperábamos encontrar un origen que remitiera a la voluntad del sujeto. Lo que pretende la arqueología es romper con las formas de continuidad que evitan la aparición del discurso como acontecimiento. 

"Es evidente que tal análisis no incumbe a la historia de las ideas o de las ciencias: es más bien un estudio que se esfuerza por reencontrar aquello a partir de lo cual han sido posibles conocimientos y teorías; según cuál espacio de orden el saber se ha constituido; sobre el fondo de qué a priori histórico y en qué elemento de positividad han podido aparecer las ideas, constituirse las ciencias, reflexionarse las experiencias en las filosofías, formarse las racionalidades para anularse y desvanecerse quizá pronto. No se tratará de conocimientos descritos en su progreso hacia una objetividad en la que, al fin, puede reconocerse nuestra ciencia actual; lo que se intentará sacar a luz es el campo epistemológico, la episteme en la que los conocimientos, considerados fuera de cualquier criterio que se refiera a su valor racional o a sus formas objetivas, hunden su positividad y manifiestan así una historia que no es la de su perfección creciente, sino la de sus condiciones de posibilidad."


Genealogía.

Si la arqueología lo es del saber, si investiga sobre las condiciones de posibilidad del saber, la genealogía es del poder. Pero no es un cambio metodológico completo respecto a la arqueología del saber, más bien se trata de una continuación y una ampliación más allá de lo discursivo, hacia un análisis de tácticas y estrategias de poder.

Lo que hay en la genealogía es una reaparición de algo que ya estaba presente en la arqueología: la lucha y la dominación como ámbitos de nacimiento y desarrollo de saber y poder, una herencia fuertemente nietzscheana.

"Mi arqueología debe más a la genealogía nietzscheana que al estructuralismo propiamente dicho."

En el análisis que realiza Foucault de la genealogía nietzscheana en Nietzsche, la genealogía, la historia, hay algunos apuntes importantes:

"La búsqueda de la procedencia no fundamenta, al contrario: agita lo que se percibía inmóvil, fragmenta lo que se pensaba unido; muestra la heterogeneidad de lo que imaginábamos conforme a sí mismo."

La genealogía permite entonces profundizar el camino trazado en la arqueología, romper con el fundamento, en este caso se trata del fetichismo del origen como ontología y como experiencia originaria. 

"Si interpretar fuera sacar lentamente a la luz una significación enterrada en el origen, sólo la metafísica podría interpretar el devenir de la humanidad. Pero si interpretar es apropiarse, violenta o subrepticiamente, de un sistema de reglas que en sí mismo no tiene significación esencial, e imponerle una dirección, plegarlo a una nueva voluntad, hacerlo entrar en otro juego y someterlo a reglas secundarias, entonces el devenir de la humanidad consiste en una serie de interpretaciones. Y la genealogía debe ser su historia: historia de las morales, de los ideales de los conceptos metafísicos, historia del concepto de libertad o de la vida ascética, como emergencia de interpretaciones diferentes. Se trata de hacerlas aparecer como acontecimiento en el teatro de los métodos."




"La genealogía sería, entonces, respecto del proyecto de inscripción de los saberes en la jerarquía del poder propio de la ciencia, una especie de emprendimiento para desujetar los saberes históricos y hacerlos libres, es decir, capaces de oposición y de lucha contra la coerción de un discurso teórico unitario, formal y científico."

martes, 17 de abril de 2012

LA BESTIA Y EL SOBERANO

"La bestia y el soberano juntos, en el mismo lugar, una muerta y el otro vivo, el uno ante la mirada del otro, entonces, ¿qué? Entonces, ¿quién? ¿Algo o alguien?"

Con estas interrogaciones Jacques Derrida intentaba perforar certezas políticas y antropológicas (antropologías metafísicas, se entiende) en el Seminario que dictó en la École des hautes études en sciences sociales (EHESS) entre los años 2001 y 2003, poco antes de morir. El seminario se tituló "La bestia y el soberano" y fue recientemente traducido al español y editado por Manantial en dos tomos.




"Dos especies de seres vivos radicalmente heterogéneos entre sí, el uno infra-humano, el otro humano, incluso sobre-humano y, por otra parte, la cópula que los aparearía en una especie de atracción ontológico-sexual, de fascinación mutua, de apego comunitario, incluso de semejanza narcisista, el uno reconociendo en el otro una especie de doble, el uno convirtiéndose en el otro, siendo el otro (poseyendo entonces el 'es' valor de proceso, de devenir, de metamorfosis identificativa), siendo la bestia el soberano, siendo el soberano la bestia, encontrándose ambos implicados, en verdad cambiados, incluso intercambiados en un devenir-bestia del soberano o en un devenir-soberano de la bestia, debiéndose el paso del uno al otro, la analogía, la semejanza, la alianza, el himen a lo que ambos comparten de esa singular posición de estar fuera-de-la-ley, por encima o a distancia del derecho, ignorando la bestia el derecho y teniendo el soberano derecho a suspender el derecho, a situarse por encima de la ley que él es, que él hace, que él instaura, acerca de la que él decide soberanamente."

¿Qué es lo que emparenta, lo que aparea a la bestia y el soberano? Por supuesto el hecho de estar por fuera, de habitar los márgenes de lo que son los hombres. Ni bestias ni soberanos son, propiamente, humanos. Ni bestias ni soberanos están por tanto bajo el amparo y el mandato de las leyes de los hombres. Las bestias y los soberanos acechan, asedian, devoran lo propiamente humano y por eso lo ponen en crisis, lo taladran. La bestia y el soberano son el uno para el otro. Los dos son "más grandes" que los hombres. En particular el animal más grande que hay sobre la faz de la tierra, el elefante. Los dos pueden aplastar a los hombres.



La relación particular entre el Rey y el elefante ha sido analizada maravillosamente por Derrida en la sesión del seminario del 13 de marzo de 2002. Pero no alrededor de la caza, de la depredación, sino desde la mirada y desde la muerte, desde el concepto de la autopsia y desde el saber, iluminar, ver de la soberanía sobre la bestia. Desde el dispositivo saber-poder soberano. Para ver algo más sobre este tema, los remito a una nota del año pasado que pueden ver en este link.




Más allá del humor, quisiera hacer algunos comentarios breves sobre esta situación. Llaman la atención algunas de las reacciones que ha generado el accidente del Rey Juan Carlos.

Están quienes se indignan por el dinero que ha gastado el Rey en su safari de caza por Botswana. ¿Qué otra cosa debería hacer un Rey? ¿Desde cuando a la nobleza le interesó el ahorro? Su característica es el despilfarro, el exceso y el lujo. Este fue uno de los motivos por los que la nobleza fue desplazada por la burguesía que ahorraba y acumulaba capital.

Están también las voces ecologistas que se horrorizan porque el Rey mató un elefante. Porque mataba animales "por placer". Nuevamente ¿Qué otra cosa debería hacer un Rey? ¿Ver películas por HBO? ¿Desde cuándo los leones son "buenos" si no tenemos en cuenta las películas de Disney?

¿Qué es lo que esperan algunos españoles de su monarquía emplazada violentamente en una democracia que tramita su violencia con otros modos? ¿Pretenden que sea un ciudadano medio, respetuoso de la ley, que esté en las fotos de los actos políticos y luego se fije cómo cotizan sus acciones? ¿Pretenden que no realice siquiera simbólicamente lo que su figura real presenta?

¿Se le pide a la bestia y al soberano que sean hombres? ¿Se le pide a la bestia que no devore carne humana? ¿Se le pide al soberano que sea bienpensante, correcto, que pague sus impuestos, que envíe a sus hijos a la escuela pública, que participe en el ayuntamiento, que sea "buena persona"? (Hoy en día en Europa, ser ecologista es ser buena persona)

Si hay algo que de bueno puede tener este Rey es que conserva (aunque de modo patético y payasesco) en una pequeña medida lo que excede a la soberanía democrática. Es en estos gestos y por estos motivos por los que habría que apoyar a Juan Carlos como Rey. Espero que esto se entienda, no se trata de una apología de la monarquía, se trata de terminar con las medias tintas, si se quiere un Rey, pues que sea Rey. Es por cazar elefantes que habría que arrodillarse ante él.

La nobleza es guerrera, la burguesía es cobarde. Reyes y príncipes iban a luchar junto con sus tropas. Primeros ministros y empresarios se quedan en sus países y mandan a sus ejércitos a control remoto. En estos momentos donde tenemos que volver a pensar la democracia, el gesto del rey no es para criticar desde la pequeñez de nuestros hogares.

lunes, 16 de abril de 2012

LA FILOSOFÍA ANORMAL

La segunda parte del libro Filosofía y actualidad, que mencionamos en la nota anterior, tiene como protagonista al filósofo Slavoj Zizek. Como el título indica, para pensar cuáles son los modos en que la filosofía puede o debe intervenir en las discusiones de actualidad, Zizek cree que hay que partir de una postura no dialógica, sino axiomática de la actividad filosófica. Sobre todo para que la filosofía pueda dar una respuesta a la demanda que se le hace.

"Cuando se nos pregunta algo a los filósofos, en general, se trata de mucho más que una pregunta: la opinión pública busca orientación en una situación problemática."

Lo primero que debe hacer el filósofo ante esta exigencia es modificar los términos del debate. Se debe aplicar una suerte de extrañamiento (Verfremdung) brechtiano, una toma de distancia que permita poner en crisis los modos aprobados de entender los debates contemporáneos.



Para Zizek está claro que la filosofía no debe transformarse en una filosofía de Estado, es decir, en una filosofía apologética del orden sociopolítico existente.

"¿Cuál es la función principal de la filosofía del Estado en la actual sociedad dinámica-capitalista? Debe aprobar el desarrollo, irrenunciable para el capitalismo, de nuevas ciencias, de la técnica y de la economía, pero a la vez bloquear sus radicales consecuencias éticas y sociales. Exactamente eso ha hecho Habermas, al menos con su intromisión en el debate biogenético."

Para no caer en estos usos de la filosofía, ni tampoco en un moralismo en el que el filósofo se muestre preocupado por el mal en el mundo, es necesario preguntarse (como lo hizo Badiou) por la especificidad de la filosofía, más allá de la figura del filósofo a la que se invita a opinar sobre cualquier tema, como a un escritor consagrado se le pide que opine sobre las virtudes de la cocina italiana.


En cualquier caso no cabe esperar de la filosofía un "rol" dentro de lo estatal, pero tampoco necesariamente contra el Estado. Si entendemos a la filosofía como anomalía, de hecho no sabemos qué caminos tomará.

"Quizá debemos dejar que se rompa el sueño de que hay una filosofía normal. Quizá la filosofía sea la anormalidad por antonomasia. Leería así la teoría de Badiou. Estoy totalmente de acuerdo con su tesis sobre las condiciones de la filosofía según la cual esta es por definición excesiva y existe, literalmente, sólo a través de su vínculo excesivo con condiciones externas que son de naturaleza amorosa, política, científica, o bien artística."

Así entendida la actividad filosófica, como esencialmente anormal y excesiva, Badiou subraya la importancia del alejamiento del ideal que uniría a la figura del humano con unos problemas determinados, propios de su naturaleza y con la filosofía como herramienta de desarrollo de esas problemáticas:

"La filosofía tiene que entender que en las verdades y en los problemas nuevos hay algo que no puede reducirse a una representación acabada de la naturaleza humana. Según mi criterio, esto es sumamente importante: el objeto de la filosofía encierra algo inhumano."

Como último tópico pero también asociado al modelo del humanismo moderno, está la discusión sobre la democracia. Porque si la filosofía debe mostrar la distancia entre el Estado y la verdad, si debe dar lugar al acontecimiento y afirmarse como extrema, entonces debe discutir lo que parece intocable: la democracia tal y como la concebimos.

Afirma Badiou:

"El imperativo filosófico que arriesga en realidad algo, que le plantea verdaderamente problemas al pensamiento, no es la crítica del sistema económico capitalista, sino la crítica de la democracia tal como la conocemos."




lunes, 2 de abril de 2012

FILOSOFÍA Y ACTUALIDAD

En el año 2004 Alain Badiou y Slavoj Zizek mantuvieron un diálogo en el Instituto Cultural Francés de Viena alrededor del problema de la intervención del filósofo en la vida pública y política. Francia estuvo acostumbrada a que filósofos de la talla de Jean-Paul Sartre o Michel Foucault participaran activamente de los debates políticos públicos. El tema no es simplemente el rol de los intelectuales en los debates de actualidad, sino el papel del filósofo y por lo tanto de la actividad filosófica, más allá del lugar del "intelectual".

Editorial Amorrortu ha publicado recientemente esta discusión entre Badiou y Zizek y la han titulado Filosofía y actualidad. Desde allí vamos a realizar algunas transcripciones de Badiou sobre la actividad filosófica. Y vamos a plantear algunos problemas.



"Filósofo es aquel que crea sus propios problemas, aquel que inventa problemas, y no aquel al cual la televisión puede preguntarle todas las noches su opinión sobre los sucesos del día."

Lo primero que intenta conjurar Badiou es esta idea de que el filósofo puede hablar de todo, la figura del filósofo-panelista que está al servicio de la novedad y de la legitimación de los temas que la prensa impone. Además de su manera de pensarlos. "Acá estamos hablando sobre x tema. El problema es este y este. Por supuesto estamos indignados. Hoy está como invitado el filósofo J, por favor señor filósofo, indígnese con nosotros. Legitime nuestra mirada y nuestra posición."

Por supuesto no se trata de que el filósofo no pueda pensar los problemas actuales, la cuestión estriba en que los problemas no le sean impuestos por la opinión pública o la prensa o determinado grupo de intereses. Es el filósofo quien debe pensar de qué manera quiere problematizar la actualidad.

En última instancia, se trata de una reedición de la antigua polémica platónica entre filósofos y sofistas. Estos últimos, Gorgias más que ninguno, se vanagloriaban de poder realizar un discurso exitoso (seductor y convicente) sobre cualquier tema que le plantearan. Recordemos el Elogio de Helena. ¿Cómo abordar lo actual y volcarse en lo público? Esta es una zona de riesgo para la filosofía, no simplemente una oportunidad para florearse.

"El filósofo se inmiscuye cuando en los sucesos de la actualidad descubre señales sobre la necesidad de un nuevo problema y de una nueva invención."



Alain Badiou afirma que hay "situaciones filosóficas", esto es, encrucijadas, momentos, pliegues, tensiones, emergencias, en las que la filosofía puede cumplir básicamente tres papeles.

1 "Aclarar las posibilidades de elección fundamentales del pensamiento. Esa elección es siempre, en última instancia (como hubiera dicho Althusser), la elección entre lo interesado y lo desinteresado."

La filosofía puede mostrarnos claramente que en muchos casos los conflictos no pueden resolverse en un acuerdo que puede incluir los intereses que se enfrentan. Lo que hay que hacer no es recorrer el diálogo o la negociación que permita que se despliegue la Aufhebung. Más bien hay que insistir en el carácter irreductible de las posiciones, en lo que ellas tienen de inconmensurable y en cómo cada una de ellas encarna, presenta y recrea otros problemas y otros modos de vivir y actuar en ellos.

2 "Aclarar la distancia entre el pensamiento y el poder, entre las verdades y el Estado; medir esa distancia y saber si es o no posible salvarla."

Se trata de la distancia que Platón quiso eliminar en La República, ese intento para que verdad y poder coincidieran en la figura del filósofo-rey, de aquel que legitimaba su poder por haber sido el único capaz de salir de la caverna. Pero si creemos que no es ese el papel que le cabe al filósofo (eliminar en primera persona la distancia entre pensamiento y poder), entonces cabe hacer algo distinto, no exactamente lo contrario. En todo caso, cabe ver "si es o no posible salvarla", es decir ver si y cómo vale la pena llevar verdad al poder o encontrar allí algo de verdad. Hay que insistir y trabajar sobre lo que significa pensar en el lugar de lo instituido. Lo que es indispensable es recorrer esa distancia y desajustarla allí donde quiera borrarse como tal. Entre la violencia del poder y la creatividad del pensamiento, las hibridaciones pueden ser monstruosas.

3 "Aclarar el valor de la excepción, el valor del acontecimiento, el valor de la ruptura, resistiendo, por cierto, al simple fluir de la vida, resistiendo al conservadurismo social."

Es una buena manera de definir el conservadurismo: hacer todo lo posible por evitar el acontecimiento, construir estructuras que expulsen y sofoquen al acontecimiento, que impidan su acontecer y ante la imposibilidad patente de ese triunfo total, de ocultarlo, reconvertirlo, calmar las aguas. Distribuir microfascismos y controles que lo neutralicen. Allí debe la filosofía multiplicar las posibilidades, afirmar el valor de lo excepcional, presionar por romper con los modos de lo mismo.

"Hay que pensar la excepción. Hay que estar en condiciones de enunciar aquello que no es usual. Hay que pensar la transformación de la vida."