lunes, 29 de diciembre de 2008

LA SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO


1. Toda la vida de las sociedades donde rigen las condiciones modernas de producción se manifiesta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que antes se vivía directamente, se aleja ahora en una representación.

2. Las imágenes desprendidas de cada aspecto de la vida se fusionan en un cauce común, donde la unidad de esta vida es ya irrecuperable. La realidad vista parcialmente se despliega dentro de su propia unidad general como pseudomundo aparte, objeto de mera contemplación. La especialización de las imágenes del mundo halla su culminación en el mundo de la imagen autónoma, donde el mentiroso se miente a sí mismo. El espectáculo es, en general, como inversión concreta de la vida, el movimiento autónomo de lo no viviente.

3. El espectáculo se presenta a sí mismo como la sociedad misma, como una parte de ésta y como instrumento de unificación. En tanto parte de la sociedad, es expresamente el sector que concentra todas las miradas y todas las conciencias. Precisamente por estar separado este sector, atrae la mirada engañada y la falsa conciencia; y la unificación que lleva a cabo no es otra cosa que el lenguaje oficial de la separación generalizada.

4. El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas, mediatizada a través de las imágenes.

5. No se puede entender el espectáculo como el exceso del mundo visual, producto de las técnicas de difusión masiva de imágenes. Es, en cambio, una Weltanschauung (mirada, concepción, representación del mundo) efectivizada, expresada en el plano material. Es una visión del mundo que se ha objetivado. El espectáculo, entendido en su totalidad, es a la vez resultado y proyecto del modo de producción existente. No es un complemento del mundo real, una decoración superpuesta a éste. Es la médula del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de entretenimientos, el espectáculo constituye el modelo actual de la vida socialmente dominante. Es la afirmación omnipresente de una elección ya hecha en la producción, y de su consumo que es su corolario. Forma y contenido del espectáculo son, idénticamente, la justificación total de las condiciones y fines del sistema vigente. El espectáculo es también la presencia permanente de la justificación, en tanto colonización de la parte principal del tiempo vivido fuera de la producción moderna.

Guy Debord, 1967

viernes, 26 de diciembre de 2008

BIOGRAFÍA


"Si después de mi muerte, quisieran escribir mi biografía,
No hay nada más sencillo.
Sólo dos fechas tiene -la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra cosa todos los días son míos.

Soy fácil de definir.
Vi como un maldito.
Amé las cosas sin ningún sentimentalismo.
Nunca tuve un deseo que no pudiera realizar, porque nunca me cegué.
Incluso el oír nunca fue para mí sino un acompañamiento del ver.
Comprendí que las cosas son reales y diferentes las unas de las otras;
Comprendí esto con los ojos, no con el pensamiento.
Comprenderlo con el pensamiento sería encontrar todas las cosas iguales.

Un día, me entró el sueño como a un niño pequeño.
Cerré los ojos y dormí.
Aparte de eso, fui el único poeta de la Naturaleza."

Alberto Caeiro

lunes, 22 de diciembre de 2008

UTOPÍA


"Entiendo por Utopía la belleza irrenunciable, y aún la espada del destino de un ángel que nos conduce hacia aquello que sabemos imposible, como el autor de estas líneas ha sabido siempre que Filosofía, ella, y no por ser mujer, nunca la podría hacer. Y la coincidencia se revela hasta en las palabras, pues en mi adolescencia alguien me preguntaba, a veces con compasión, a veces con ironía un tanto cruel, ¿y por qué va usted a estudiar Filosofía? Porque no puedo dejar de hacerlo, y en este libro he escrito, en aquel precioso otoño de 1939, qué utópico me parecía, en el más alto grado, poderlo escribir. Y a las Utopías, cuando son de nacimiento, no se las puede discutir aunque uno se rebele contra ellas."

María Zambrano
Filosofía y Poesía

jueves, 11 de diciembre de 2008

LEY DEL ORIGEN DEPENDIENTE



“Al cesar el karma, cesa la conciencia;
Al cesar la conciencia, cesan nombre y formas;
Al cesar nombre y formas, cesa la sensación;
Al cesar la sensación, cesa el deseo;
Al cesar el deseo, cesan las ataduras;
Al cesar las ataduras, cesa la existencia;
Al cesar la existencia, cesa el nacimiento;
Al cesar el nacimiento, cesan la vejez y la muerte, el dolor, las lamentaciones, la miseria, la aflicción y la desesperación. Y de este modo cesa toda esta suma de miserias.”