miércoles, 29 de abril de 2009

TAL VEZ NO ERA PENSAR


Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.

Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.

Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.

Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.

Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.

Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente...


Idea Vilariño

lunes, 27 de abril de 2009

FILOSOFÍA Y SENTIDO


Para la concepción de la enseñanza de la filosofía que me interesa fundamentar, es de vital importancia la idea de que la filosofía es una disciplina histórica. Esto es, no solamente se vertebra como una serie de discusiones en una tradición de pensadores occidentales que versan sobre temas y utilizan métodos más o menos comunes a la par que remiten a un origen en la Grecia antigua; más importante aún, estas producciones filosóficas remiten, son el resultado y la respuesta a condiciones históricas, sociales y políticas específicas de una determinada comunidad de pensamiento.


Nuestra época es, quizás más que ninguna otra, la de la pérdida de los sentidos. He aquí un desafío único que no podemos dejar de enfrentar. En un mundo occidental de religiones cada vez más laicas, de ciencias que se han alejado del sentido común y de creciente complejidad socio-cultural, no son pocas las oportunidades para abonar sentidos allí donde se presentan inexistentes, contradictorios, confusos o insuficientes. Desde que concepciones filosóficas nihilistas, existencialistas o posmodernas han fundamentado la inexistencia de sentidos últimos, ya no asistimos tanto a una lucha de sentidos (como la que tuvieron los filósofos y los sofistas o los religiosos y los librepensadores), sino a la necesidad de la exploración de la significación. El mundo humano está siempre a la espera de que le demos sentido, de ahí la aparente a-historicidad de la filosofía, pero no sucede en todas las épocas como en esta particular, que los paradigmas de sentido clásicos (religiosos, positivistas, políticos, comunitarios, económicos) se han debilitado de tal manera que se produce tanto una orfandad de sentidos, como una confusión que lleva muchas veces a adoptar mecánicas pragmáticas como única salida de supervivencia al sin-sentido.

domingo, 19 de abril de 2009

IN MEMORIAM


"¿Cómo pueden una serie de puntos, que no tienen ninguna de las tres dimensiones, ni ancho, ni largo ni profunidad, formar una línea que se extiende en una de estas dimensiones? ¿Cómo se puede, profesor, pasar de muchas no dimensiones a una dimensión?" recuerdo haberle preguntado a Gregorio Klimovsky, hace ya más de 10 años, en un aula superpoblada, con humo de cigarrillos -todavía no se había prohibido fumar dentro de las aulas en Puán-, en el pizarrón un dibujo a tiza de Klimovsky representando la hipotética vista de una punta de alfiler magnificada por un poderoso microscopio.


Estabamos hablando sobre el punto, veníamos del nacimiento de la geometría en el antiguo Egipto y pronto habríamos llegado a la geometría no euclideana. -"Esa es una de las antionomias de la razón pura. Lea a Kant." me respondió, no sobradoramente, sino con ese guiño que nos hace sentir parte de la comunidad de pensamiento, que nos incluye automáticamente en la tradición de los que se detuvieron a pensar sobre el concepto de 'punto'.


Pero allí no se detuvo la cosa, me contestó la cuestión, habló de orejas, cabezas y rostros, argumentó sobre las razones que Russell encontró para solucionar ese problema al que Kant había nombrado insoluble.


Es tarde y sé que no es bueno esto que escribo, pero poco importa. La muerte se ha llevado otro gran profesor, otro gran filósofo y uno no puede menos (no puede realmente) que dedicar unos minutos en su recuerdo.

martes, 14 de abril de 2009

COMO UN FUSIL DISPARADO


"Haber escrito algo que te deja como un fusil disparado, que aún se sacude y humea, haberte vaciado por entero de vos mismo, pues no sólo has descargado lo que sabés de vos sino también lo que sospechás y suponés, así como tus estremecimientos, tus fantasmas, tu vida inconsciente, y haberlo hecho con sentida fatiga y tensión, con constante cautela, temblores, repentinos descubrimientos y fracasos, haberlo hecho de modo que toda tu vida se concentra en ese punto dado y advertir que todo ello es como si no existiera si no lo acoge y le da calor un signo humano, una palabra, una presencia; y morir de frío, hablar en el desierto, estar solo, noche y día como un muerto."


Cesare Pavese

jueves, 9 de abril de 2009

EXISTENCIALISMO


“El existencialismo ateo que yo represento es más coherente. Declara que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre, o como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Este es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser."

Jean Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo.