martes, 26 de abril de 2011

GUANTANAMERA


Yo soy un hombre sincero
De donde crecen las palmas
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma



¿Por qué callar cuando somos testigos de la crueldad humana devenida sistema? ¿Cuándo es que debemos hablar, denunciar, multiplicar las voces de quienes no tiene voz? Y sobre todo, como diría Lenin: ¿Qué hacer?

La llamada sociedad de la información se ha convertido en un gran panóptico que permite justamente esto: la posibilidad de ver en la primera plana de los diarios el horror de Guantánamo y de seguir bajo los efectos de un sedante hacia las noticias deportivas. Fenómenos como Wikileaks solamente son la exhibición con sellos y papeles membretados de aquello que ya sospechábamos, que no sólo sospechábamos sino sabíamos cierto pero preferíamos olvidar.

Deberíamos llegar a nuestra casa (segura, calefaccionada) y tener allí un cuerpo desangrándose o un rostro con los ojos agrietados por el miedo: prisionero ilegal de Estados Unidos o pibe chorro del conurbano bonaerense.

Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo



Sobre todo hay que terminar con la hipocresía del argumento de la compasión. No se trata de ser capaces de sufrir con los maltratados y corregir a las ovejas descarriadas que torturan a sus semejantes. Cuando hacemos esto no solamente dejamos de entender la complejidad de lo que sucede, sino sobre todo, nos exculpamos a nosotros mismos del papel que jugamos. Es por nosotros -democráticos nos gusta llamarnos- que el ejército norteamericano y la policía nacional tortura, es el sacrificio contemporáneo de algunas víctimas -pobres, anónimas, malnacidas, extranjeras- que demanda la sociedad "libre".

Cultivo una rosa blanca
En junio como en enero
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo


Hoy se conmemoran 68 años del levantamiento del Gueto de Varsovia, quiero compartir un fragmento de la nota de Jack Fuchs que publicó Página 12 titulada "Incapaces" de creer.

"En noviembre de 1942, Jan Karski, resistente clandestino polaco, fue enviado como “courier” a Londres, para entrevistarse con autoridades polacas en el exilio, el gobierno de Gran Bretaña y el liderazgo judío mundial. Llevaba, entre otros mensajes, uno para el Papa solicitándole que excomulgara a Hitler y sugiriéndole que tomase medidas con aquellos católicos que participasen en actos de asesinato y barbarie. La indiferencia fue la respuesta.

Karski viajó entonces a Estados Unidos y, a poco de llegar, acompañado por el embajador de Polonia, se entrevistó con el juez de la Corte Suprema Félix Frankfurter, quien pidió detalles sobre la vida de los judíos en Polonia. Karski explicó lo que había visto y, según sus propias palabras, la reacción fue la siguiente: “Cuando terminé de contar el horror del que había sido testigo, Frankfurter se levantó, caminó algunos pasos y nos dio la espalda. Después volvió a sentarse y dijo: debo ser totalmente franco. Soy incapaz de creerle”. El embajador de Polonia, presente en la reunión, le contestó: “No puede decir que Karski miente. La autoridad de mi gobierno avala la totalidad de lo dicho”. El juez Frankfurter replicó: “Sr. Embajador, no digo que este hombre miente. Digo que soy incapaz de creerle”.

Y no fue el único “incapaz”. En la primavera de 1945 el mundo “descubrió” el horror de los campos de concentración y las fábricas de la muerte. El mundo, cubierto por las cenizas de todos los muertos, quedó sorprendido sabiendo que, si la indiferencia no hubiera estado tan arraigada, Auschwitz no hubiese sido posible."


¿Es necesario insistir sobre esto? Sí, el presente demuestra que es necesario.


Con los pobres de la tierra

Quiero yo mi suerte echar

El arroyo de la sierra

Me complace más que el mar



Quiero terminar este escrito caótico y más bien afiebrado con una declaración explícita de incorrección política. Recuerdo claramente el momento de los atentados del 9/11 en Estados Unidos y de Atocha en Madrid. Nunca me voy a olvidar que el atentado en España cambió el rumbo de las elecciones, que los españoles que habían participado de una invasión ilegítima a Irak -en la que murieron miles de civiles iraquíes- no pudieron ver hasta que tuvieron su propia sangre en las manos, de lo que eran responsables. Así es que yo en ese momento estaba bastante contento, o mejor dicho exultante por los atentados. No hace falta explicar el motivo, ahorren sus diatribas las almas bellas: España era un país en guerra (un país invasor para peor) al que le gustaba olvidar que lo era. Así eran, incapaces de creer como el juez Frankfurter. Como todos nosotros.



1 comentario:

magu dijo...

bueno DIEGO, en los tiempos en que trabajé en esos institutos que te conté, muy frecuentemente me contaban madres de las mismas menores internadas, que sus hermanos aparecían en zanjas, muertos como si hubieran sido de paro cardíaco. también sucedió con novios de las mismas chicas, decían que la misma policía los había matado, y no se podía hacer nada, los dejaban cerca de sus casas para que sus familias los pudieran enterrar.
cuando leí DEFENDER A LOS QUE NO TIENEN VOZ, pensé que hablabas sobre las perreras perricidas municipales que hoy maltratan y asesinan a miles de perros en todo el país. El 29 hay una convocatoria frente al Congreso para pedir por los derechos de nuestros hermanos animales.
Sobre las torturas en las cárceles, los prisioneros que no deberían estar presos, etc. Tengo una extensa carta que le escribí al entonces MINISTRO PASAGLIA (en el 2002) de la PCIA DE BS AS, para descentralizar las cárceles de la provincia.
SOBRE GUANTÁNAMO, podríamos hacer una convocatoria mundial en cada ciudad importante, con recitales, con protestas o cantos para que se termine, tal como prometió OBAMA, al asumir, y al final, si fue premio nobel de la paz, pero Guantánamo, sigue.