jueves, 6 de septiembre de 2012

INTOLERABLE



La conformación del GIP Grupo de Información sobre las Prisiones a principios de 1971 tiene que entenderse en el contexto de Francia posterior a Mayo del 68. La efervescencia política que había excedido las formas tradicionales de acción a través de los Partidos, estaba dando lugar a múltiples manifestaciones que encontraban, en gran parte de los casos, la férrea represión del Estado. El encarcelamiento de activistas maoístas en 1970 y las acciones que llevaron adelante para ser reconocidos como presos políticos (huelgas de hambre, manifiestos de distinto tipo con apoyo externo), permitieron llevar a la arena pública discusiones que excedían su status de presos políticos, para revisar las condiciones de detención de los presos ordinarios.

A la vez, una nueva generación de intelectuales se perfilaba no solamente con un cambio de nombres, sino con un enfoque distinto tanto en la teoría como en la praxis. Michel Foucault lideró el grupo fundador del GIP junto con Jean-Marie Domenach y Pierre-Vidal Naquet, al que también se sumaron Daniel Defert y Gilles Deleuze entre otros. Pero a pesar de estos nombres, no se trataba de una asociación de intelectuales, sino de un colectivo que incluía, familiares de presos, especialistas de diversas áreas (sociólogos, psiquiátras), ex-detenidos, periodistas.



El objetivo principal era que los presos pudieran hablar por sí mismos. Que su voz no fuera censurada, ni interpretada, ni intermediada por los distintos poderes (estatales, institucionales, científicos) que ocultaban lo que los presos mismos podían decir. 

Afirmaba Foucault en 1972:

“Los intelectuales han descubierto, después de las recientes luchas, que las masas no los necesitan para saber: ellas saben perfectamente, claramente, muchos mejor que ellos; y además lo dicen muy bien.”

Claro está, los presos no podían desde dentro de la cárcel llegar con sus reclamos, relatos y denuncias a la calle. El GIP funcionó sobre todo como un órgano de difusión, filtrando información, cartas y encuestas que se publicaron en cuatro boletines nombrados "Intolerable", además de en solicitadas en los diarios, protestas públicas frente a Ministerios. 


Gilles Deleuze en diálogo con Foucault:


“Desembocaste en la necesidad de que la gente precisamente encerrada se pusiese a hablar por su cuenta, que efectuase un relevo (o bien, al contrario, tú ya eras un relevo a su respecto), y esa gente se halla en las prisiones, está en las prisiones. Cuando organizaste el grupo información prisiones, lo hiciste sobre esta base: instaurar las condiciones en las que los mismos prisioneros pudieran hablar. Allí no había ni aplicación ni proyecto de reforma, ni encuesta en el sentido tradicional. Allí había algo distinto: un sistema de relevos en un conjunto, en una multiplicidad de piezas y de pedazos a la vez teóricos y prácticos. Para nosotros, el intelectual teórico ha dejado de ser un sujeto, una conciencia representante o representativa.”






¿Qué es lo que era intolerable? Además de las pésimas condiciones en las que vivían muchos reclusos, de los suicidos, de los asesinatos (como el de George Jackson, activista de los Black Panther, en una cárcel de Estados Unidos). Lo intolerable era el ejercicio desnudo del poder, la censura sobre las organizaciones de los presos y las pequeñas reformas que planteaba el Estado como toda respuesta. 

“Son intolerables: los tribunales, la policía, los hospitales, los manicomios, la escuela, el servicio militar, la prensa, la tele, el Estado”




El grito de lo intolerable no se quedaba en las reivindicaciones concretas de los presos, sino que llegaba a poner en crisis una red mucho más amplia de sujeciones, saberes y disciplinas. Por un lado se desarmaba la estructura jerárquica del saber que habla en nombre del que no sabe, la organización horizontal y transversal recordaba muy poco a las organizaciones partidarias. Es a la vez una acción local, un enfrentamiento en el lugar en el que el poder se ejerce y un desafío regional que llega transversalmente a todos los puntos en los que el poder se ejerce.  

Nuevamente Deleuze:

"Es una acción revolucionaria que, desde el fondo de su carácter parcial, se ve determinada a poner en cuestión la totalidad del poder y de su jerarquía. Si los niños llegasen a hacer oír sus protestas en una escuela de párvulos, o incluso simplemente sus preguntas, eso bastaría para provocar una explosión en el conjunto del sistema de la enseñanza. En verdad, este sistema en el que vivimos no puede soportar nada: de ahí su fragilidad radical en cada punto, al mismo tiempo que su fuerza de represión global.”




"Era una especie de pensamiento-experimentación. Hay todo un aspecto en el cual Foucault no dejó nunca de considerar el proceso del pensamiento como una experimentación. Es su ascendencia nietzscheana. No se trataba en absoluto de experimentar con la cárcel, sino de enfrentarse a la cárcel como un lugar o cierta experiencia que los reclusos estaban viviendo y que los intelectuales, como Foucault los concebía, también debían pensar. El GIP fue casi tan bueno como un libro de Foucault. Y lo seguí de todo corazón, porque me fascinaba."

2 comentarios:

magu dijo...

DIEGO:
En el año 71 recuerdo que mamá tuvo una infracción de auto (recién comprado, el renault 12 y ella recién estrenaba el registro) y estuvimos en la comisaría casi todo el día, por la multa del policía, lejos de casa. No era un centro de detección pero el clima era tremendamente hostil, irrespirable. Y para mi lo siguen siendo las salas de espera de todas las comisarías que conozco, asi que las celdas. Ví con gran tristeza, el domingo, como la jueza en Venezuela que encontró inocente a un banquero frente a la acusación del gobierno de Chávez, fue puesta en la cárcel dos años y desarrolló un cáncer terminal. La causa de la supuesta acusada: actuación inmoral o engaño espiritual, un disparate. Creo que acá (aunque no nos guste admitirlo) el único que propuso remodelación, ampliación, refacción y embellecimiento (por lo menos, "edilicio") de la cárcel fue Duhalde, en la provincia. Es algo en lo que debería seguir invirtiéndose. Además de exigir que el personal fuese todo universitario egresado y que haga yoga y que no tenga ningún atisbo de maltrato (Ni por el contrario, fuese manejable). Un tío mio, comunista, ALFREDO fue picaneado tanto durante el gobierno de Perón (el primero) como durante las dictaduras (menos en la última) por ser comunista y homosexual muy discreto. Antes del setenta, y también contó sobre intentos de suicidio. Y por último, pobre BORGES que lo encarcelaron un tiempo, y pobres de estos tiempos argentinos que están presos de ideologías gobernantes (de turno) tan aprisionantes.

magu dijo...

detención, perdón, lapsus