miércoles, 29 de junio de 2011

CUATRO VECES CASTORIADIS

SOBRE LA PRAXIS

"Hacer, hacer un libro, un niño, una revolución, hacer sin más, es proyectarse en una situación por venir que se abre por todos lados hacia lo desconocido, que no puede, pues, poseerse por adelantado con el pensamiento, pero que debe obligatoriamente suponerse como definido para lo que importa en cuanto a las decisiones actuales. Un hacer lúcido es el que no se aliena en la imagen ya adquirida de esa situación por venir, que la modifica a medida que adelanta, que no confunde intención y realidad, deseable y probable, que no se pierde en conjeturas y especulaciones sobre aspectos del futuro que no afectan a lo que está por hacerse; pero que tampoco renuncia a esta imagen, pues entonces no sólo 'no sabe adónde va', sino que no sabe siquiera adónde quiere ir."


SOBRE LA AUTONOMÍA DE LO VITAL

"No tiene ningún sentido interesarse por un niño, por un enfermo, por un grupo o una sociedad, si no se ve en ellos, primero y antes que nada, la vida, la capacidad de estar fundamentada sobre sí misma, la autoproducción y la autoorganización."

SOBRE LOS DESEOS DE UN REVOLUCIONARIO

"Lo que podemos decir sobre este tema es por definición eminentemente subjetivo. Está también, igualmente por definición, expuesto a todas las interpretaciones que se quiera. Si puede ayudar a alguien a ver más claramente en otro ser humano (aunque fuese en Las ilusiones y en Los errores de éste), y con ello, en sí mismo, no habrá sido inútil decirlo.

Tengo el deseo, y siento la necesidad para vivir, de otra sociedad que la que me rodea. Como la gran mayoría de los hombres, puedo vivir en ésta y acomodarme a ella -en todo caso, vivo en ella. Tan críticamente como intento mirarme, ni mi capacidad de adaptación, ni mi asimilación de la realidad me parecen inferiores a la media sociológica.

No pido la inmortalidad, la ubicuidad, la omnisciencia. No pido que la sociedad “me dé la felicidad”; sé que no es ésta una ración que pueda ser distribuida en el Ayuntamiento o en el Consejo Obrero del barrio, y que, si esto existe, no hay otro más que yo que pueda hacérmela, a mi medida, como ya me ha sucedido y me sucederá sin duda todavía. Pero en la vida, tal como ella hecha para mí y para los demás, topo con una multitud de cosas inadmisibles; repito que no son fatales y que corresponden a la organización de la sociedad. Deseo, y pido, que antes que nada, que mi trabajo tenga algún sentido, que pueda probar para qué sirve y la manera en que está hecho, que me permita prodigarme en él realmente y hacer uso de mis facultades tanto como enriquecerme y desarrollarme, y digo que es posible, con otra organización de la sociedad para mí y para todos. Digo también que sería ya un cambio fundamental en esta dirección si se me dejase decidir, con todos los demás, lo que tengo que hacer y, con mis compañeros de trabajo, cómo hacerlo.

Deseo poder, con todos los demás, saber lo que sucede en la sociedad, controlar la extensión y la calidad de la información que me es dada.

Pido poder participar directamente en todas las decisiones sociales que pueden afectar a mi existencia, o al curso general del mundo en el que vivo. No acepto que mi suerte sea decidida, día tras día, por una gente cuyos proyectos me son hostiles, o simplemente desconocidos, y para los que nosotros no somos, yo y todos los demás, más que cifras en un plan, o peones sobre un tablero, y que, en el límite, mi vida y mi muerte estén entre las manos de unas gentes de las que sé que son necesariamente ciegas.

Sé perfectamente que la realización de otra organización social, y su vida, no serán de ningún modo simples, que se encontraran a cada paso con problemas difíciles. Pero prefiero enfrentarme a problemas reales que al delirio de un De Gaulle, a Las artimañas de un Johnson, o a las intrigas de un Jruschov. Si incluso debiésemos, yo y los demás, encontrarnos con el fracaso en esta vía, prefiero el fracaso en un intento que tiene sentido a un estado que se queda más acá incluso del fracaso. Deseo poder encontrar al prójimo a la vez como a un semejante y como a alguien absolutamente diferente, no como a un número, ni como a una rana asomada a otro escalón (inferior o superior, poco importa) de la jerarquía de las rentas y de los poderes. Deseo poder verlo, y que me pueda ver, como a otro ser humano, que nuestras relaciones no sean terreno de la expresión de la agresividad, que nuestra competitividad se quede en los límites del juego, que nuestros conflictos, en la medida en que no pueden ser resueltos o superados, conciernan unos problemas y unas posiciones de juego reales, arrastren lo menos posible de inconciente, estén cargados lo menos posible de imaginario. Deseo que el prójimo sea libre, pues mi libertad comienza allí donde comienza la libertad del otro y que, solo, no puedo ser más que un “virtuoso en la desgracia”. No cuento con que los hombres se transformen en ángeles, ni que sus almas lleguen a ser puras como lagos de montaña -ya que, por lo demás, esta gente siempre me ha aburrido profundamente. Pero sé cuanto la cultura actual agrava y exaspera su dificultad de ser, y de ser con los demás, y veo que multiplica hasta el infinito los obstáculos a su libertad.

Sé, ciertamente, que este deseo mío no puede realizarse hoy; ni siquiera, aunque la revolución tuviese lugar mañana, realizarse íntegramente mientras viva. Sé que, un día, vivirán unos hombres para quienes el recuerdo de los problemas que más pueden angustiarnos hoy en día, no existirá. Este es mi destino; el que debo asumir y el que asumo. Pero esto no puede reducirse ni a la desesperación ni al rumiar catatónico. Teniendo este deseo, que es el mío, no puedo más que trabajar para su realización. Y ya en la elección que hago del interés principal de mi vida, en el trabajo que le dedico, para mí lleno de sentido (incluso si me encuentro en él, y lo acepto, con el fracaso parcial, los rodeos, las tareas que no tienen sentido por sí mismas), en la participación en una colectividad de revolucionarios que intenta superar las relaciones reificadas y alienadas de la sociedad actual, estoy en disposición de realizar parcialmente este deseo. Si hubiese nacido en una sociedad comunista, quizás la felicidad me hubiese sido más fácil no tengo idea, qué puedo hacerle. No voy con este pretexto, a pasar mi tiempo libre mirando la televisión, o leyendo novelas policiales."



SOBRE EL PODER

"¿Es mi deseo el deseo del poder? Lo que quiero, de hecho, es la abolición del poder en el sentido actual, es el poder de todos. El poder actual consiste en que los demás sean cosas, y todo lo que quiero va en contra de esto. Aquel para quien los demás son cosas es él mismo una cosa, y no quiero ser cosa ni para mí ni para los demás. No quiero que los demás sean cosas, no tendría nada que hacer con ellos. Si puedo existir para los demás, ser reconocido por ellos, no quiero serlo en función de la posesión de una cosa que me es exterior -el poder; ni existir para ellos en lo imaginario. El reconocimiento del prójimo no vale para mí más que en tanto que lo reconozco yo mismo. ¿Corro el riesgo de olvidar todo esto, si alguna vez los acontecimientos me condujesen cerca del «poder»? Eso me parece más que improbable; si esto llegase, sería quizás una batalla perdida, pero no el fin de la guerra; ¿y voy a ordenar toda mi vida sobre la suposición de que podría un día recaer en la infancia? "

1 comentario:

magu dijo...

ahora leo este post de CASTORIADIS (¿griego?)
pero acá la rima de tu cumpleaños

RIMA ASI HABLABA ZARATUSTRA
(en ritmo de rap, para ser cantado como un rap)

Ser rebelde no me asusta
no es la libertad adusta
esta sociedad es injusta
Asi Hablaba ZARATUSTRA
soy un hombre solitario
como el lobito estepario
me gusta vivir creando
mas no ando bociferando
"sean todos como yo"
para mi ya se acabó
todo dogma religioso
aunque soy bueno y piadoso
ni sinagogas ni iglesias
ni templos de otras especias
me complacen para nada
toda regla menoscaba
la consciencia más humana
porque ya en la edad temprana
podemos algo elegir
como deseamos vivir
todos juntos somos uno
bajo influjo de neptuno
mas no sea inoportuno
toque el timbre antes de entrar

(jaajajaja)
feliz cumpleaños

magú trench de bassetti

y va la de
CUANDO LOS SANTOS SE VAN YENDO
http://lacajitadelasrimas.blogspot.com/2009/10/5-rimitas-de-la-primera-semana-de.html
Cero: preliminar "Cuando los santos se van marchando"

1 Mermò ya el catolicismo
2 y sufre con estoicismo
3 en beatitud no està en alza
4 la carmelita descalza
5 hay màs monjes tibetanos
6 que los pobres franciscanos
7 a SANTA ANA quièn le reza ?
Cumpliò alguna vez promesa ?
8 cae mejor SANTA TERESA
9 no se ven un benedictino
10 tampoco un fray vicentino
11 SAN VITO cayò al olvido
12 hay un santo del olivo ¿
13 Patrono de las cosechas?
14 se agarraron de las mechas
15 SAN TOMÀS y SAN BAUTISTA
16 por mantenerse en la pista
17 ya nadie les prende velas
18 seràn harapos sus telas
19 si es que aùn tienen altarcitos
20 abundan los EXPEDITOS
21 en esta IGLESIA DE RITOS

maria augusta trench de bassetti

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PRIMERA: SAN PATRICIO

En fiesta de SAN PATRICIO
La cerveza es todo un vicio
Derraman sin desperdicio
¡ Pobre SANTO, qué suplicio¡
A borrachos, dar auspicio
No se dan con un silicio
Mas con shops y con botellas
Hay uniones y querellas
Más a brandy que a lavanda
Huelen muchos pubs de IRLANDA
En los tiempos del latín
Esa tierra era el confín
Del PATRONO fue devoto
El poeta juan escoto
Dejan todo el lugar roto
Los muchachos en festejo
¡qué se miren al espejo ¡
Mala facha en borrachera
Es su día en primavera
Pero al menos lo recuerdan
La cosa es que no se pierdan
Retornando a sus hogares
La estampita está en los bares
Hay descuentos si le rezan
Y si la imagen la besan
otra vaso te dan gratis

magú trench de bassetti

SEGUNDA: SAN ANTONIO (Destierren a San Antonio)

Sean chicas