Sin
dudas, el libro más polémico de Camus, este segundo gran ensayo dedicado a su maestro de filosofía Jean Grenier y editado en 1951 desencadenará una famosa polémica con Jean-Paul Sartre y la reacción de buena parte de la
intelectualidad francesa.
El ataque de El hombre rebelde está dirigido directamente al corazón del stalinismo en el momento en que el régimen soviético representaba para los movimientos obreros europeos (y para la intelectualidad comunista) un faro al que apuntar.
“Rusia es hoy una tierra de esclavos rodeada de
torres de observación. Que ese régimen concentracionario sea adorado como el
instrumento de la liberación y como una escuela de felicidad futura…, eso es lo
que combatiré hasta el fin… Sólo hay una cosa en el mundo que me parezca más
importante que la justicia: si no la verdad en sí misma, al menos el esfuerzo
hacia la verdad. No tenemos necesidad de esperanza, sólo tenemos necesidad de verdad.”
Camus
afirma que el ensayo quiere comprender una realidad de la época: el asesinato
legitimado lógicamente, filosóficamente, científicamente y justificado en
nombre de la humanidad.
“No sabremos nada mientras no
sepamos si tenemos derecho a matar a ese otro que está ante nosotros o a
consentir que lo maten. Puesto que toda acción desemboca hoy en el asesinato,
directo o indirecto, no podemos obrar antes de saber si, y por qué, debemos dar
muerte.”
“En la época de la negación podía
ser útil interrogarse sobre el problema del suicidio. En la época de las
ideologías, tenemos que habérnoslas con el asesinato.”
El comienzo de este ensayo
utiliza las conclusiones de El mito de Sísifo.
El sentimiento de lo absurdo ni autorizaba ni condenaba los asesinatos, estos
eran moralmente indiferentes. Tanto si uno elige ser indiferente ante el
asesinato de los demás, como si uno elige jugar a la ley del más fuerte (y ya
no la del más justo), no se puede evitar la cuestión del asesinato.
Si se acepta el rechazo del
suicidio que conlleva la condición absurda, se afirma la vida y no sólo para
uno, sino también para todos los demás. Es el valor de la vida humana lo que se
afirma.
Quien acepta el suicidio (el
nihilista extremo, no absurdo) también aceptará el asesinato lógico. Se trata
de aquel que quiere tan fuertemente negar la tensión irresoluble de la
condición humana, que no tiene respeto por ella. Camus pone como ejemplo a
Hitler, sus asesinatos y su suicidio.
Pero la posición absurda guarda
una contraposición en sí misma, no puede ser un lugar de permanencia, no se
puede estar en la vida sin juzgar. “Respirar es juzgar.”
El absurdo no debe transformarse
en autocomplacencia, sino en exigencia
de creación, como en el caso de Nietzsche. Camus dice que hay que superar ese
primer momento, como Descartes supera la duda metódica “y entrar en el
movimiento irresistible por el cual lo absurdo se supera a sí mismo.”
Continuando con su paralelismo
respecto al método cartesiano. “Yo grito que no creo en nada y que todo es
absurdo, pero no puedo dudar de mi grito y tengo que creer al menos en mi
protesta. La primera y la única evidencia que así me es dada, dentro de la experiencia
absurda, es la rebelión.”
“La rebelión nace del
espectáculo de la sinrazón ante una condición injusta e incomprensible. Pero su
impulso ciego reivindica el orden en medio del caos y la unidad en el corazón
mismo de lo que huye y desaparece. Ella grita, exige, quiere que el escándalo
cese y que se fije por fin lo que hasta ahora se escribía sin tregua sobre el
mar. Su preocupación consiste en transformar. Pero transformar es obrar, y
obrar será mañana matar, cuando no sabe si el asesinato es legítimo. Engendra
justamente las acciones cuya legitimación se le pide. Es necesario, pues, que
la rebelión extraiga sus razones de sí misma, pues no puede extraerlas de ninguna
otra parte. Es necesario que consienta en examinarse para aprender a
conducirse.”
La rebelión es legítima, pero
una de sus consecuencias casi inevitables cuando actúe será el asesinato, si
este es legítimo lo tiene que decidir la rebelión examinándose a sí misma. Albert Camus va a analizar este
problema tomando los últimos 200 años de “la historia del orgullo europeo”.
“La cuestión está en
saber si esa negativa sólo puede llevarle a la destrucción de los otros y de sí
mismo, si toda rebelión debe terminar en justificación del asesinato universal,
o si, por el contrario, sin pretender una inocencia imposible, puede descubrir
el principio de una culpabilidad razonable.”
“¿Qué es un hombre rebelde? Un
hombre que dice no. Pero negar no es renunciar: es también un hombre que dice
sí desde su primer movimiento. Un esclavo, que ha recibido órdenes durante toda
su vida, juzga de pronto inaceptable una nueva orden. ¿Cuál es el contenido de
ese «no»?”
Implica que hay un límite que no
se debe pasar y un valor que lo sostiene, no hay rebelión sin valor detrás.
Hacer respetar ese valor, aún contra la propia vida, es lo que hará el hombre
rebelde. “La conciencia nace con la
rebelión.”
Identificado con ese valor (por
ej. la libertad) el hombre rebelde se arroja a un todo o nada. “Antes morir de
pie que vivir de rodillas.” Pero ese valor no puede ser
individual, porque se está dispuesto a dar la vida por él, es por lo tanto de
toda la humanidad, de su naturaleza. “¿Por qué rebelarse si no
hay en uno nada permanente que conservar?”
Esta naturaleza humana, afirma
Camus, se contrapone “a los postulados del pensamiento contemporáneo” y a “las
filosofías puramente históricas”. El hombre rebelde “se identifica con una
comunidad natural”.
“En la rebelión el hombre se
supera en sus semejantes y, desde este punto de vista, la solidaridad humana es
metafísica.”
Albert Camus intenta despegar a la
rebelión del resentimiento, identificación que había afirmado Max Scheler. Para
Camus el resentimiento es contra uno mismo y hace que uno se cierre, mientras
que la rebelión hace que uno se abra hacia los otros y hacia un valor que lo
trasciende. El resentimiento pide la humillación para los demás, en cambio, la
rebelión nunca podría hacerlo. Aunque pueda haber rebelión con resentimiento,
ella lo rebasa.
“Aparentemente negativa, puesto
que nada crea, la rebelión es profundamente positiva, pues revela lo que hay
que defender siempre en el hombre.”
¿En qué tipo de sociedades
aflora la rebelión? “En sociedad, el espíritu de rebelión no es posible sino en
los grupos en que una igualdad teórica encubre grandes desigualdades de hecho.
El problema de la rebelión no tiene, pues, sentido sino dentro de nuestra
sociedad occidental. Por lo tanto, se podría sentir la tentación de afirmar que
es relativo al desarrollo del individualismo si las observaciones precedentes
no nos hubiesen puesto en guardia contra esta conclusión.”
“La libertad de hecho no ha
aumentado proporcionalmente a la conciencia que el hombre ha adquirido de ella.
De esta observación no se puede deducir sino esto: la rebelión es el acto del
hombre informado que posee la conciencia de sus derechos.”
“El hombre rebelde es el hombre situado
antes o después de lo sagrado, y dedicado a reivindicar un orden humano en el
que todas las respuestas sean humanas, es decir, razonablemente formuladas.
Desde ese momento toda interrogación, toda palabra, es rebelión, mientras que
en el mundo de lo sagrado toda palabra es acción de gracias. Sería posible
mostrar así que no puede haber para un espíritu humano sino dos universos
posibles, el de lo sagrado (o de la gracia en lenguaje cristiano) y el de la
rebelión.”
“¿Puede hallarse la regla de una conducta lejos de lo
sagrado y de sus valores absolutos? Tal es la pregunta que plantea la
rebelión."
Sea cual sea el valor que la
rebelión defienda, ella sólo es legítima en tanto rebelión solidaria con el
resto de la humanidad, si abandona este camino, no lo será. Como en El mito de Sísifo, hay que mantenerse
fiel al lugar en el que nace el cuestionamiento.
“La solidaridad de los hombres
se funda en el movimiento de rebelión, y éste, a su vez, no encuentra
justificación más que en esa complicidad. Tendremos, por lo tanto, derecho a
decir que toda rebelión que se autoriza a negar o a destruir esta solidaridad
pierde por ello el nombre de rebelión y coincide en realidad con un
consentimiento homicida.”
“En la experiencia absurda el
sufrimiento es individual. A partir del movimiento de rebelión, tiene
conciencia de ser colectivo, es la aventura de todos.”
2 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=7e8bpBFyCMw, La cuarta de dimitri shostakovich, y también algunas de procoviev (pero ni romeo y julieta, ni pedro ni el lobo) pero otras,ahora no recuerdo, que marcan esa bronca de la mano izquierda, todo muy bajo (fa), y la melodía alegre falsa de la derecha (como el payaso forzado a divertir).
nacer, vivir y morir, conociendo que la verdad no es la de un régimen y que justifican la falta de libertad y los asesinatos, y censuras y torturas, es horrible (oriente: la mujer, el gay, el humanista además de otros regímenes como el soviets, etc). a algunas personas ordinarias nos cuesta vivir acá, igual, donde se come vaca, chanchito, conejo, como si estos animales no sintieran nada al morir, y hay que vivir así, como si fuera natural. y sobre los presos: si, es siniestro, más que siniestro lo que comenta la gente común, y el tratamiento de los medios de comunicación, y también el tratamiento que todos los gobiernos le dan a los presos. no sé cual es la solución. que un asesino peligroso no ande en medio de la gente, de la calle, para que no tengamos miedo, pero tampoco la cárcel. oigan un chiquitín de la cuarta de Shostakovich, hay que ser muy valiente para bancársela, y vivir en ese tiempo con stalin
tiene razón CAMUS porque la rebelión no es resentimiento, resentimiento es no poder rebelarse y tener que sobrevivir sometido, pero a veces si uno se rebela abiertamente, matan a toda la comunidad o a toda su familia. A veces la rebelión es en clave o tomando un disfraz (como el zorro), para poner un ejemplo sobre el absurdo hoy (que no hay asesinatos pero hay mentira, deseo de totalitarismo y desinterés genuino por el prójimo de parte del gobierno - solo se interesan por lo que les pueda reportar en beneficio propio) tomá el tren de ONCE a MORENO; Vas a ver cartelones de la presi y de randazzo que dicen: estamos trabajando para ud, en mejorar el sistema de transporte ferroviario, y mientras ves el cartel, viajás apiñado peor que sardina, la gente ve el cartelón y se rie o está resignado. y como dice PINTI, acá. te hablan de hacer la revolución (o rebelión) y la misma gente dice: el domingo no porque tengo un asado.
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