Aunque los dos eran intelectuales que podemos considerar "de izquierda", está claro que sus posturas políticas, así como sus presupuestos filósofos no coincidían. Para lograr un modesto agon, el moderador, el joven filósofo anarquista Fons Elders, intenta contraponer reiteradamente las dos visiones sobre la naturaleza humana y la política.
Lo que no es tan conocido de esta charla es lo que sucedió detrás de escena, antes, durante y después de lo visible para las cámaras y los asistentes en la Universidad de Amsterdam.
Al ser consultado sobre ese encuentro, Chomsky afirmó sobre Foucault: "me pareció completamente amoral, nunca he conocido a nadie que fuera tan totalmente amoral." Queremos suponer que para Foucault eso constituiría algún tipo de elogio, si nos atenemos a los continuos esfuerzos que realizó (en la teoría y en su vida personal) para pensar y vivir empujando, expandiendo y quebrando los límites de lo normal. Continúa Chomsky:
"Generalmente, cuando se habla con alguien, uno da por sentado que se comparte algún territorio moral. Generalmente uno encuentra alguna justificación personal en términos de criterios morales compartidos; en ese caso es posible discutir, continuar los argumentos, hallar qué hay de correcto y qué de erróneo en las posiciones. Con él me sentí, sin embargo, como si estuviera hablando con alguien que no habitara el mismo universo moral. Personalmente me resultó simpático. Pero no pude entenderlo. Como si fuera de otra especie; algo así."
Nuevo halago para Foucault: un filósofo que no pertenece a la tradición humanista de la que Chomsky se afirma heredero, un filósofo de otra especie: no ilustrado, no moralista.
Recordemos las palabras con las cuales Foucault cierra una de sus últimas conferencias, titulada, como el famoso texto kantiano "¿Qué es la Ilustración?"
"No se si hay que decir, hoy día, que el trabajo crítico implica aún la fe en la Ilustración; por mi parte, pienso que necesita, siempre, el trabajo sobre nuestros límites, es decir, una paciente labor que de forma a la impaciencia por la libertad."
Además de estas impresiones posteriores de Chomsky, se dice que a Foucault le agradecieron su predisposición para presentarse al debate, con una generosa porción de hachís. Por supuesto, Chomsky no estaba enterado de este "pago" especial y el círculo más íntimo de Foucault se refería a "el hachís de Chomsky" cuando recordaban ese episodio. Fon Elders tenía también preparada una peluca roja, que quería que Foucault se pusiera durante la entrevista, pero él se negó.
De todas maneras, podemos ver en la grabación a un Foucault que muestra en su actitud corporal (sus continuas sonrisas hacen recordar a las más tímidas de la entrevista que le realizara Alain Badiou seis años antes) todo lo que lo diferencia de la seriedad académica-moralista de Chomsky, quien parece sorprenderse de la falta de seriedad de su colega.
Recordemos, para cerrar esta nota de color, las palabras de Friedrich Nietzsche en La ciencia jovial:
"En la mayoría de los hombres el intelecto es una máquina pesada, sombría, rechinante, que cuesta poner en movimiento: cuando quieren trabajar y pensar bien con esta máquina, lo llaman ‘tomar en serio el asunto’-¡oh, cuán fastidioso tiene que serles el pensar-bien! Tal como parece, la amada bestia hombre pierde el buen humor cada vez que piensa bien: ¡se pone ‘serio’! Y ‘en donde hay risa y jovialidad nada vale allí el pensar’ -así suena el prejuicio de esta bestia seria en contra de toda ‘ciencia jovial’.-¡Pues bien! ¡Mostremos que es un prejuicio!"
DIEGO
ResponderEliminar¿Pero fumaba hachis Chomsky ?
pensé que lo serio era pensar en chiste, es decir, como LES LUTHIERS, encontrando lo inespererado, la sutileza, lo raro ante lo ordinario.
bue, saludos LICENCIADO