Philippe Pinel es conocido como uno de los fundadores de la psiquiatría moderna. Hacia fines del siglo XVIII y principios del XIX implementó novedosos tratamientos para los enfermos mentales y políticas para los asilos. Es reconocido por haber ordenado la liberación de los alienados encadenados y encerrados que, tratados más humanamente entraron en el camino de su curación. Fue nombrado director del asilo de La Bicètre por la Comuna francesa revolucionaria y luego también del asilo de mujeres La Salpêtrière, donde llevó a cabo esas liberaciones.
Sin embargo para Foucault no se trata precisamente de escenas de profundo humanismo. Esta escena de la liberación es en realidad el momento en que un tipo de poder cambia por otro. El poder de soberanía es reemplazado por el poder disciplinario. Aún más poderoso en tanto es más efectivo, con mayor capacidad de producción. Por supuesto que nos vemos obligados a preguntarnos si tal cosa como una liberación es efectivamente posible o si nos vemos obligados a ser sujetados por distitnos regímenes de poder.
Afirma Michel Foucault en su curso del Collège de France, El poder psiquiátrico:
"Cuando Pinel libera a los enfermos encerrados en las celdas, se trata de establecer entre el liberador y los recién liberados cierta deuda de reconocimiento que debe saldarse -y va a saldarse- de dos maneras. En primer lugar, el liberado va a pagar su deuda de manera continua y voluntaria, a través de la obediencia; por lo tanto la violencia salvaje de un cuerpo al que sólo retenía la violencia de las cadenas será reemplazada por el sometimiento constante de una voluntad a otra. En otras palabras, quitar las cadenas es asegurar por intermedio de una obediencia agradecida algo así como una sujeción."
Este cambio de régimen de poder en el campo de la psiquiatría, dijimos, es paralelo al cambio de régimen político en Francia. Y seguramente no sea muy aventurado establecer algunos paralelismos entre un sistema político de soberanía (el Antiguo Régimen) y la nueva República democrática que asomaba. La Revolución Francesa es, después de todo, la gran escena de liberación política de la modernidad. Pero, podemos afirmar entonces, es a la vez la escena de la sujeción a otro tipo de orden político. Un régimen en el que no estamos encadenados a las decisiones arbitrarias y violentas del soberano. Y en el que nos descubrimos presos -en nuestra libertad- de un sistema de sujeción aún mayor, porque su paradoja reside en nuestra aceptación del mismo, algo así como la servidumbre voluntaria de la que hablaba Étienne de La Boétie. Sabemos, para concluir a qué se intenta reducir muchas veces esa libertad. La siguiente imagen es suficientemente elocuente.
Otro paralelismo bastante evidente puede establecerse respecto al modo de explotación económica de los hombres. Ya se ha escrito demasiadas veces que contratar a trabajadores libres
pagando un salario bajo, es mucho más redituable económicamente que mantener esclavos. Pero no se trata solamente de una cuestión de eficiencia ecónomica. Más bien estamos hablando de un poder de sujeción que se presenta liberador (que es liberador en muchos aspectos), pero que aprisiona y domestica con prácticas más sutiles.
Diego, tu blog es siempre muy interesante.
ResponderEliminarRespecto del asunto de esta entrada, me pregunto si el modelo de esa nueva sujeción no está ya bastante fisurado, por decirlo de alguna manera. O como se podría explicar, desde este enfoque, el problema creciente del tráfico y la trata de personas en todo el mundo.
Un cordial saludo,
Hola Marivale, gracias por tu comentario. Te diría dos cosas al respecto. La primera es que Foucault afirma explícitamente que el poder disciplinario no reemplaza completamente al poder de soberanía, simplemente se transforma en el principal. A la inversa, cuando el poder de soberanía era el principal, también había poder disciplinario. Esto es, puede haber efectivamente trata de personas (que por supuesto no son trabajadores libres), pero es una minoría dentro de la estructura productiva.
ResponderEliminarLo que quizás podríamos pensar es que este modelo de sujeción moderno es, sobre todo el del siglo XIX, quizás hasta mediados del siglo XX. Pero hoy en día (otra vez, en muchos lugares, no en todos) el capitalismo ya no es eminentemente industrial, productivo. Ya no son necesarios tanto cuerpos dóciles (se ve en las escuelas de hoy), sino sujetos que consuman. En este sentido Foucault ha quedado un poco insuficiente para explicar estos fenómenos propios de fines del siglo XX y comienzos de éste.
Gracias Diego!
ResponderEliminarEntiendo entonces, que ambos poderes coexisten, con diferentes grados de preminencia de acuerdo a la época. Hay algún pensador que haya encarado el análisis de las nuevas relaciones de poder en el capitalismo reciente?
(ya sabemos que Foucault hay uno solo, pero bueno...)
Saludos,
Una opción puede ser Deleuze, con muchas coincidencias con Foucualt. El Antiedipo, Mil Mesetas y el Postscriptum sobre la sociedad de control.
ResponderEliminarDIEGO
ResponderEliminarA pesar de tener cosas pesadas y muchas para hacer, prefiero leer este blog antes de ir al psiquiátrico SANTA CLARA de TROPEZÓN para ver a mi hermana como todos los martes, junto a FER, y repartir todos los regalos posibles para las enfermeras, recepcionista, mucamas, los chicos (asi los llamamos) y mi hermana CYNTHIA.
Como sabés, desde los seis años, conozco psiqiátricos privados y estatales (carolina tobar garcia, open door, otro de la plata que no quiero ni acordarme, etc).
Cuando estaba en la facu, me encantaba Foucault, y sobre todo LAING con su antipsiquiatría, y contaban de experiencias de ex inteciones que se daban en ITALIA (82 a 86 Cuando me recibí=.
sobre los psiquiátricos, son lo mejor (para los enfermos o pacientes) cuando su convivencia con la flia que tienen es difícil (hay que tener estructura económica y edilicia para tenerlos), mi hermana por ej: de chiquita se tiraba contra los autos, se tiraba de los balcones (amagaba), y le gusta estar en su cuarto sin que la molesten ni le hablen, en el jardín no da bolilla a nadie. Pienso que la modalidad y el trato del personal debería ser de no poder, como la médica, pero la misma profesión ya es en si, una profesión de poder, su mismo ejercicio es de asimetría. Muchas veces diagnostican mal y el paciente se come toda una vida de internación allí dentro. La vida de ella, determinó mi carrera, sino hubiera sido otra coas. El poder sobre el más enfermo existe, el tema es no usarlo para propio beneficio y ego, sino para beneficio del otro, para un equilibrio social, o satisfcción mutua.
El post es cortito, me hubiera gustado que fuera más largo
y el supermercado LIBERTAD, jajajajaja
hay dos amigas mias que te leen acá siempre, una jovencia y otra señora grande o como yo, pero no se atreven a opinar, yo si
grande michel
todos los recuerdos que tengo de mi hermana desde que la internaron fueron siempre horribles, casi siniestros, muy tristes, pero ahora, los momentos presentes de su vida allí, son más felices
DIEGO
ResponderEliminarHoy hablábamos con FER de los "super chinos", el gobierno chino les paga cincuenta mil dólares a cada familia china de cuatro miembros, para que se vayan de allí, renuncien a su propia ciudadanía y no regresen nunca más. Y así vienen aquí a poner supermercados. Y todo el mundo le compra a los supermercados chinos "porque son más baratos", hasta que realmente desaparezcan hasta los kiosquitos más pequeñitos puestos por argentinos. Entonces los supermercados chinos serán un monopolio, venderán cosas feas, aumetnarían precios y como decía el chino malo villano de un dibujo animado de mi infancia (mientras se acariciaba su largo bigote como PIERRE NO DOY UNA: "DominaLemos el Mundo" (irónico pero ma non troppo).