En diciembre del año pasado la Revista Noticias me invitó a realizar una reflexión desde la filosofía sobre la figura emergente de ese momento: Ricardo Fort. El desafío me pareció interesante porque la filosofía tiene que poder pensar lo contemporáneo y no despreciar lo que aparenta ser pura banalidad, pero lamentablemente en el interior de la nota solamente reprodujeron una frase fuera de contexto de lo que yo envié a la revista, así que a continuación copio el texto original, para quien le interese.
Lo que hace que Ricardo Fort sea tan funcional a los medios de entretenimiento masivos es que ambos son bajo el modo de la repetición. Fort es millonario y excéntrico, su dinero tiene valor en tanto pura mostración, por eso todo en él es brillante y aceitoso. Él encarna un mensaje claro y transparente: la riqueza es derroche y despilfarro. A nadie convencen ya los millonarios que, al estilo de Bruno Diaz, invierten sus fortunas en sostener proyectos ético-políticos y con esos fines presentan una fachada de mesura y recato. El modo de entretenimiento televisivo tampoco soporta los dobles discursos, sólo repite lo evidente. Es un ir de una imagen a otra sin promesa de novedad o cambio, con la misma autorreferencialidad con la que el dinero se muestra a sí mismo. El entretenimiento tiene la lógica de la distracción en la multiplicación de la superficie, pretende que no pase nada. La repetición dice "yo soy todo lo que hay". Y vuelve a empezar.
Excelente =)
ResponderEliminarjaja, el mensaje tambie´n es
ResponderEliminarcoman mi chocolate diet (torroncino ) que no saca panza, sino, mirenme, nada de grasa
jajajajajajaja