miércoles, 24 de febrero de 2010

FOUCAULT Y EL CUIDADO DE SÍ



El análisis que realiza Foucault del cuidado de sí en la ética antigua, no tiene como finalidad una afirmación romántica de un retorno hacia una forma ideal perdida. El mismo Foucualt explicita que “no se trata de decir: desgraciadamente se ha olvidado el cuidado de uno mismo, y el cuidado de sí es la clave de todo. Nada me resulta más ajeno que la idea de que la filosofía se ha extraviado en un momento determinado, que ha olvidado algo, y que existe en alguna parte de su historia un principio, un fundamento, que es preciso redescubrir”. Se trata más bien de oponer este rol de autoconformación, a lo que significa un disciplinamiento externo.


El sujeto ya no es esclavo de una jerarquización ontológica o de estructuras cognoscitivas a priori. En el proceso de conformación mismo de la subjetividad, hay un papel reservado para él mismo en la génesis de su modo de ser y actuar. El sujeto es normalizado y se normaliza, no es solamente un títere pasivo de la metafísica ni de las estructuras históricas.


Quede claro entonces, que tampoco se está proponiendo una estetización de la ética, en el sentido de hacer de la propia vida una obra de arte. Lo que este cuidado de sí tiene de “arte” lo tiene en el sentido de tekhne y más específicamente, de “tekhne tou biou”. Esta práctica filosófica como “arte de la vida” o “técnicas de vida”, fue dejada de lado en la modernidad, desde el momento en el que el conocimiento sin conversión alguna, garantizado por un método válido para todos y para todo saber que se precie de tal, ha sido llevado a la cúspide por el modelo científico.



La propuesta entonces, es la de una filosofía que es capaz de transformar la subjetividad. Contra la idea de una filosofía que debe, siguiendo el método científico de la modernidad, aprehender conocimientos que se le presentan transparentes. Estos conocimientos, que no nos transfiguran, ¿en qué medida pueden trasponer un orden de normalización disciplinario? La apuesta es por una filosofía que pueda ejercer nuevamente un movimiento de liberación que parta desde el sujeto.



sábado, 20 de febrero de 2010

MORAL, adj.


Conforme a una norma de derecho local y mudable. Cómodo.
Dícese que existe en el Este una cadena de montañas y que a un lado de ella ciertas conductas son inmorales, pero que del otro lado son tenidas en alta estima; esto resulta muy ventajoso para el montañes, porque puede bajar ora de un lado, ora del otro, y hacer lo que le plazca, sin ofensa.

Ambrose Bierce, Diccionario del diablo.

martes, 16 de febrero de 2010

UN PELUCHE


Una existencia puramente relacional es aquella que nos define por los lazos que tendemos y son tendidos a nuestro alrededor.


Existo en la medida en que me objetivo, produzco un mundo y formo parte de él.


Permanezco en la existencia todo el tiempo en el que un otro repara en mí.


Cuando creemos vislumbrar la sensación de que nadie nos sostiene, de que el instante en que ninguno se pregunte por nosotros se avecina, nos percatamos de lo absurdo de nuestra existencia individual autónoma.


La necesidad de una divinidad es, antes que otra cosa, la necesidad de compañía. La garantía última de que seguimos formando parte de un relato y de que, si ninguno en esta tierra se acuerda de nosotros, aún así no le somos indiferentes al Creador.


No hay más que una diferencia de grado entre un peluche, un animal doméstico y el Dios de los evangelios.